Felicidad Adela Cortina

¿Qué se puede hacer para ser felices?

la felicidad puede ser una cuestión de invitación y consejo

aunque también es una cuestión de elección personal

Hacer lo que a uno le gusta hacer, también podría sentir felicidad de satisfacción por ayudar a alguien mas o por estar con las personas que uno quiere.

Hacer libremente lo que quieren que saben que les gusta hacer sin hacerle daño ni a los demás ni a el mismo, cada hombre logra su felicidad de forma diferente puede ser en una persona en un lugar una experiencia muchas son las cosas que puede hacer una persona para ser feliz pero solo si esto no le hace daño a nadie.

Por el contrario, el gran reto del tercer Milenio consistirá, en diseñar una idea de felicidad que incluya, como un componente suyo ineludible, el afán de justicia. Hemos depapeurado excesivamente la felicidad, la hemos dejado en elemental bienestar, en estar bien, en tener lo suficiente.

Somos muy modestos y no nos atrevemos a hablar de felicidad, sino, a lo sumo, de calidad de vida: llevar una vida de calidad, todo pequeñito, modesto, poco ambicioso.

¿Qué se debe hacer para que cada hombre se encuentre en situación de lograr su felicidad?

Una institución que no pretenda ser justa es ilegítima, una sociedad que no pretenda ser justa es una sociedad inhumana. Las instituciones y las sociedades tienen que pretender ser justas, las personas además de ser justas sueñan con ser felices.

cada hombre tiene su proyecto, ya sea mejor o peor y nos aconsejamos unos a otros, aunque sean diferentes que se busque la igualdad.

la felicidad consiste en proponerse metas ilusionarte como motivación para alcanzarlas

aunque se considere altamente individual

a diferencia de la justicia, es una cuestión para nada individualista y es de exigencia

Hacer libremente lo que quieren que saben que les gusta hacer sin hacerle daño ni a los demás ni a el mismo, cada hombre logra su felicidad de forma diferente puede ser en una persona en un lugar una experiencia muchas son las cosas que puede hacer una persona para ser feliz pero solo si esto no le hace daño a nadie.

Las personas necesitamos sentido para nuestra vida, consuelo, cariño, esperanza, y jamás esas necesidades podrán ser protegidas con un derecho, ni corresponde satisfacerlas al poder poder político ni al económico, sino a ese amplio mundo del voluntariado, en el que se inscriben las familias, las escuelas, las asociaciones y comunidades, formadas por personas que no entienden su felicidad si no forma parte de ella ese otro, que es ya parte de mi vida, que nadie me obliga a atenderle, pero yo me siento obligado, porque hace mucho tiempo, que me sé ligado a él