Desde este punto de vista, la creatividad es una habilidad que se puede enseñar. La implicación de este enfoque es que la creatividad es una habilidad transferible, una noción que se ajusta a las políticas actuales que enfatizan la adquisición de competencias como una ruta de aprendizaje.
Si bien muchos formadores aceptan la idea de que las competencias de gestión y las habilidades creativas de resolución de problemas son transferibles, los investigadores que han estudiado la génesis de las ideas tienden a tener una opinión diferente: que la habilidad de la flexibilidad mental es solo una parte de la historia.