Psicología del consumidor.
Por: Jhonny Ferney Echavarria Taborda.
El consumo simbólico
La cultura como una variable relevante que inevitablemente permea todo el proceso y convierte a los productos en signos y significados que sirven como medio para dar sentido a la realidad social y psicológica del consumidor.
Es por eso importante estudiar al consumidor desde una perspectiva sociocultural que permite establecer la existencia de diferentes tipos de consumo que se clasifican de acuerdo con el significado que tiene culturalmente para quien consume.
Según Burleigh B. Gardner and Sidney J. Levy en su artículo “The product and the brand”, la marca es “más que la etiqueta empleada para diferenciarse entre los fabricantes de un producto. Es un símbolo complejo que representa una variedad de ideas y atributos. Dice muchas cosas a los consumidores, no solo por cómo suena sino, más importante, a través de las asociaciones que ha creado y adquirido a lo largo del tiempo”.
El consumo simbólico es entonces una forma de entender al consumidor desde una perspectiva más amplia y por qué no, más compleja que permitirá a expertos en marketing sociólogos, psicólogos y todos aquellos profesionales que están interesados en el comportamiento del consumidor, profundizar en las variables asociadas al dinamismo emergente que los cambios culturales promueven en las sociedades de la actualidad.
Estamos en una economía en la que podemos escoger productos similares o casi idénticos fabricados por diferentes empresas y ahí es donde entra en juego el simbolismo de la marca.
La psicología del consumidor.
La psicología del consumidor tiene sus raíces en la psicología industrial inicia en diciembre de 1901, Walter Dill Scott, de la Northwestern University, ofrece una conferencia en la que analiza las posibilidades de aplicación de la psicología al campo de la publicidad.
El aporte de Watson es fundamental para el comprender al consumidor en la actualidad, porque los consumidores, como todas las personas, responden con emociones de manera ordenada, siguiendo procesos elementales de placer-dolor, contracción-relajación y excitación-calma (Watson, 1913a).
Watson pudo aislar la generalidad del fenómeno y señalar que los consumidores aprenden del ambiente de mercado y son susceptibles de ser influidos por imágenes y palabras, aspectos que se pueden manipular a través de la publicidad para controlar la conducta de selección y compra de productos.
La conexión entre ventas y publicidad se aplicó, de acuerdo con Eguizábal (1998), a la publicidad de las medicinas de patentes comercializadas en Estados Unidos al final del siglo XIX, por cuatro razones principales:
• La urgencia de los fabricantes por anunciarse.
• Hasta finales del siglo XIX, la mitad de los ingresos de las agencias de publicidad provenía de la industria farmacéutica.
• Las revistas o magazines creados gracias a las medicinas tenían como su público objetivo a las mujeres, quienes fueron las principales consumidoras de productos farmacéuticos y cosméticos entre 1890 y 1900.
• En décadas anteriores a 1880, la publicidad tenía la mala fama de generar confusión o desinformación.
La historia de la Psicología del Consumidor
La investigación del comportamiento de las personas frente a los productos y servicios se
remonta a los inicios del siglo XX y J. B. Watson es uno de sus principales precursores, desarrolló campañas masivas con los mismos principios de las reacciones emocionales condicionadas.
Tras la Primera Guerra Mundial (1914- 1918), la publicidad cobró un nuevo ímpetu: pasó de ser una técnica de crear anuncios a ser un oficio. Los ejércitos usaron campañas publicitarias para el reclutamiento
Watson creó diversas campañas alrededor de temas derivados de sus investigaciones sobre las tres emociones básicas: miedo, ira y amor. Según su propuesta, para vender un producto a los consumidores se les debe decir algo relacionado con el miedo, que provoque cierta ira, que genere una respuesta de afecto, amor, o un ataque a una necesidad psicológica (Buckley, 1982).
de acuerdo con Curti (1967)
De acuerdo con Curti (1967)Se pueden identificar tres etapas del concepto de consumidor en la publicidad de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX:
• (1890-1910), el consumidor que conoce racionalmente para tomar decisiones; en coherencia con la “psicología de la idea”.
• (1910-1930) el consumidor se concebía como un ser no racional, así que la publicidad debía influir en sus emociones, impulsos y deseos.
• (1930-1950), el consumidor ya no es un tercero ajeno a la empresa, se considera parte de la idea de éxito de negocio
Referencias bibliográficas
Parrado, F. (2013). J. B. Watson y la Publicidad, los Inicios de la Psicología del Consumidor. (Spanish). Revista Colombiana De Psicología, 22(2), 401. Recuperado de: https://bibliotecavirtual.unad.edu.co/login?url=http://search.ebscohost.com/login.aspx?direct=true&db=edsdoj&AN=edsdoj.86540c738996493889e35ce37ba219b3&lang=es&site=eds-live&scope=site
Neme Chaves, S. R., & Rodríguez-González, L. (2013). Consumo simbólico: una perspectiva sociocultural en la comprensión del comportamiento del consumidor. Recuperado de https://bibliotecavirtual.unad.edu.co/login?url=http://search.ebscohost.com/login.aspx?direct=true&db=edsbas&AN=edsbas.388D04A0&lang=es&site=eds-live&scope=site.