La crisis, el trauma y usted: teorías sobre la crisis y el trauma
Los conceptos de la negación (esto no está pasando) y el del deshacer (vivir como si esto no hubiera pasado)
Son reacciones defensivas que muchas personas intentarán emplear en cualquier crisis vital o trauma.
Crisis
Gerald Caplan (1964), definió la crisis:
Como “la condición de la reacción de un individuo en un punto crítico, dentro una situación peligrosa, que amenaza la integridad o la totalidad.
Tipos de crisis:
Las crisis evolutivas o de desarrollo, algunos ejemplos son:
La infancia y la niñez temprana.
La adolescencia.
Las crisis de madurez, incluyendo el cambio de carrera.
La jubilación.
Las crisis circunstanciales, algunos ejemplos son:
La enfermedad aguda o crónica.
El divorcio o la separación.
La viudez.
Victimas de accidentes.
Secuestros.
Crisis existencial
Se refiere a los conflictos internos y la ansiedad que acompañan a las importantes cuestiones humanas. Las crisis de madurez o de envejecimiento, cuando traen remordimiento e insatisfacción se encuentran en esta categoría (Gilliland y James, 1993).
Las reacciones fisiológicas en las crisis
Son inmediatas, pero temporales.
No deberían durar en el individuo a lo largo del periodo de crisis.
Aunque algunas o parte de ellas pueden volver a presentarse hasta que la crisis no se resuelva.
Un evento traumático
Está considerado siempre como algo especialmente destructivo en la vida de los individuos, familia y comunidades afectados.
Aunque algunos de estos eventos pueden afectar a muchos otros más allá de las victimas inmediatas.
El rango de eventos traumáticos es muy amplio:
Accidentes aéreos; tornados, huracanes, inundaciones y terremotos; asesinatos en serie, ataque violento, guerra; colapso de puentes y construcciones; secuestros, bombas terroristas; etc.
Presentan una significación fisiológica para las personas afectadas (taquicardia, sudoración, vértigo, temblor extremo, mareo, vómito, desfallecimientos).
Así como psicológico (confusión, excitabilidad, nerviosismo, rabia, pesadillas, aplanamiento emocional, incredulidad, sentimientos de culpa, tristeza profunda y miedo).
Los eventos traumáticos se clasifican:
Trauma natural y anticipado en algunas ocasiones.
Pueden ser de una ocurrencia aislada o múltiple y casi siempre pueden darse en comunidades de amigos, vecinos y compañeros de trabajo.
Algunos ejemplos son: Las inundaciones, los huracanes, los tornados, etc.
Desastres naturales imprevisibles.
Estos pueden ocurrir una vez, o como en el caso de los terremotos, muchas veces durante un breve periodo.
Algunos ejemplos son: Los terremotos, ciertos diluvios, algunos tornados, etc.
El trauma accidental inducido por el ser humano.
Es siempre un solo evento, puede afectar a un individuo o a varios. Que sea accidental no implica que otros puedan considerarse en algún punto responsables en el ámbito criminal o civil.
Algunos ejemplos son: Un tiroteo accidental; el derrumbamiento de la viga de una obra; la súbita caída al vacío de un ascensor; etc.
La violencia deliberada inducida por el ser humano.
Representa probablemente el ejemplo en el que se da el mayor miedo individual, el de vulnerabilidad. Puede ser aislada o múltiple.
Algunos ejemplos son: Los tiroteos, las violaciones, los asaltos, las agresiones; homicidios dobles, los asesinatos en el lugar de trabajo y los asesinatos en serie, etc.
Crisis general
La crisis se concebiría como algo universal y el trauma como algo particular.
Es decir que en la medida en que las personas viven sus vidas, experimenten algunas o muchas de estas crisis vitales.
Posee las siguientes características:
A nivel cognitivo:
Se ven desbordadas las habilidades de resolución de problemas y los mecanismos de afrontamiento.
A nivel psicológico:
El estado temporal de shock puede ser seguido por negación, confusión, temor, terror, tristeza, aplanamiento emocional, incredulidad, excitabilidad e inquietud.
A nivel fisiológico:
Pueden presentarse reacciones de stress general tales como los cambios en el ritmo cardiaco, la respiración y una sudo ración excesiva.
Suicidio
Se ha clasificado previamente como una crisis circunstancial; pero las autoras lo incluyen en la categoría de la crisis vital universal.
El potencial suicida se encuentra presente en cualquier situación de crisis o trauma.
Crisis y trauma
Comparten ciertas características importantes. En ambos casos, es útil un esquema tripartito para la conceptualización de la experiencia del individuo y de su respuesta.
El sencillo formato de individuo, evento, ambiente, ayuda a categorizar y clasificar los aspectos de la crisis y el trauma.
Es sumamente importante tener presente que no existe ninguna crisis o trauma que carezca de un evento causante (o una serie de ellos) identificable.
Para aquellos afectados es común construir una zona segura alrededor de sí mismos.
Por hábito, y debido a la ansiedad, crean un límite dentro del cual viven y que sólo pueden cruzar ciertas personas.
Las reacciones a las crisis y los eventos traumáticos son respuestas normales ante situaciones anormales.
Incluyen pensamientos, sentimientos y conductas que no respetan los grupos de edad, así como también reacciones determinadas en los adultos y otras que son específicas de los adolescentes y los niños.
No existe ningún punto final determinado para la resolución de una crisis o de un evento traumático.
Algunas características
No se necesita estar presente en el escenario para sufrir el stress traumático.
Basta con haber visto las heridas de un pariente cercano en los momentos posteriores al evento dañino.
El asistente necesita ser consciente de que la naturaleza y el tipo de ambiente determinan tanto el resultado del afrontamiento como aquellos que el individuo aporta a la situación y del tipo de evento soportado.
Recuperación
El trabajo con los pacientes, puede tener una duración de un encuentro único o durante varios meses de citas.
Una meta importante de este proceso:
Es ayudar al individuo a cambiar su posición de "víctima" por el de una persona que empieza a sentirse fortalecida.
Una parte del proceso es que la crisis hace que la persona reevalúe su propia vida.
Algunas personas pueden descubrir en este momento que están muy satisfechos con cómo era su vida antes de la crisis y aprecian eso.
Estas personas harán lo posible para reconstruir, después de la crisis, sus vidas en ese mismo formato.
Sin embargo, puede que esto no sea posible.
La crisis magnificará aquellos elementos de su vida que han estado causándoles un distress subliminal, el cual había sido ignorado previamente.
Para esas personas, dada la combinación correcta de recursos, la crisis puede convertirse en el catalizador de un cambio vital importante y positivo.
A esta capacidad para el crecimiento a partir de la crisis es a lo que nos referimos como el "fenómeno del fénix".