Edvard Munch
Biografía
Nació en Loten, Noruega en 1873.
Desde muy pequeño, sufrió la pérdida
de su familia.
Este acontecimiento lo marcó de por vida,
llevándolo a siempre tener en mente el tema
de la muerte, que más tarde explotaría
en sus obras.
La primera vez que viajó a París,
quedó asombrado por el arte de
Paul Gaugin y de Tolousse-Lautrec.
Tolouse-Lautrec
Gaugin
Además de su obsesión por la muerte,
Munch tuvo serios problemas amorosos
que lo orillaron al alcoholismo y a una grave
enfermedad nerviosa que lo llevó a un
hospital en 1908.
Ese mismo año regresó a Noruega.
Muchos expertos aseguran que un cambio se
observó en su arte a partir de la hospitalización.
Edvard Munch pasó el resto de su vida
en Oslo, en donde murió en 1944 en soledad
y con muchas obras que conservó para sí mismo
Podemos apreciar y aprender más
de la vida personal de Munch en
este interesante minidocumental
(hacer click en el link con forma de mundo):
Su acercamiento al arte
Edvard Munch vivió en Alemania desde 1892 hasta 1908,
llevando una vida algo nomádica, sin embargo, fue
en este periodo en donde tuvo mayor
actividad artístistica.
La calle de Karl Johan (1892)
Representa la ansiedad social y el
sentimiento de paranoia.
Madonna (1894)
La danza de la vida (1900)
Pubertad (1895)
Autorretrato con cigarro encendido
Buscaba representar su propia
decadencia y duelo.
El beso
Una obra muy representativa que
refleja la inquietud de Munch por
representar al amor, el erotismo y
la tragedia como un sólo compuesto.
En 1892 presentó algunas obras en una exposición
en Berlín, pero ésta fue retirada porque causó
gran controversia.
Mapa mental realizado por
Daniel Herrera Alvarado
Universidad Justo Sierra
Arte Contemporáneo
Características de la obra de Munch
La obra pictórica de Munch se caracterizaba
por un sentido trágico de la vida, influenciado también por
algunos literatos escandinavos.
Edvard Munch sentía fascinación por las pinturas
impresionistas de Van Gogh, pero él sentía que
las obras debían ser medios para poder exorcisarse
a uno mismo de todas las sensaciones de
ansiedad y culpa.
Se preocupó por darle a estos sentimientos un rostro
humano, iniciando así su más ambicioso proyecto,
al que llamaría "El Friso de la Vida", en donde
plasmaría sus temores, deseos, sexualidad reprimida,
el miedo a la muerte y al amor en alrededor de
veinte obras llenas de colores agresivos y tristes,
trazos y pinceladas fuertes y un aura de pesimismo
y tristeza.