Felicidad Epicureista
Moral de la amistad
“lo justo según la naturaleza es un acuerdo de lo conveniente para no hacerse daño unos a otros ni sufrirlo”
La amistad es deseable en sí misma para una vida feliz
Se necesita de los amigos para ser feliz
Es el pilar fundamental de la felicidad
Política y justicia
Lo fundamental de la vida política es la
seguridad.
No se podía cometer crímenes o delitos sólo por considerarse malos en sí, sino por las mismas molestias, castigos y sanciones que ellos implicaban.
Epicuro señala que: “nadie, cuando ve el mal, lo elige, sino que queda cautivo de él, seducido como por un bien en relación a un mal aún mayor”.
Epicuro nos dice: “Es difícil que el que comete injusticia pase inadvertido; que consiga la confianza de pasar inadvertido, imposible”.
El ideal de una vida autosuficiente, libre y sin necesidades imponía la condición de coordinar las aspiraciones, los deseos y las metas con la materialidad social, económica y legislativa que la encuadraba.
El concepto de justicia está entonces más vinculado a una ética relacional, intersubjetiva directa, que a una comunidad abstracta y anónima de derechos y deberes.
Culpa y temporalidad
No niega la consideración del pasado y futuro
Existe
No es importante
No existe
Asunto del pasado
La dialéctica temporal
Se disfruta del aquí y el ahora no se vuelva luego una carga abrumadora de remordimiento o de castigo
Efecto de la culpa
Angustia
Dolor de arrepentimiento
La culpa advierte al sujeto de su potencial malestar
Debilidad del experiencialismo epicúreo y confianza en las sensaciones
Anticipación imaginativa
No sensaciones propiamente dichas
Ethos y physis
Doctrina
Actúa en pro de una vida exenta
de reproches
Ética
Personal
Colectiva
Ética del deseo
Fundamento de todo filosofar
El imperativo de la búsqueda
de felicidad
La salud y la serenidad
Cuerpo
Alma
Culpa y corporeidad
Obediencia
a las leyes y costumbres del país propio
medios para vivir una vida
no perturbada por las tormentas políticas
Concepción teológica distinta a la de
los trágicos
Los dioses
No interactúan con los destinos humanos
No llenan de temor o deseo de recompensa la acción de los hombres.
La inquietud o intranquilidad
del alma
Percepción física del reproche y del castigo
Resistencia in situ
La virtud corresponde de este modo a una conciencia de la propia tranquilidad como fruto de la vida honesta, sensata, justa y, sobre todo, prudente.
Es una ética de resistencia, desconfiada de la retórica moralizante tradicional, que busca una pauta natural para lindar lo necesario y lo superfluo.
La obediencia a la ley no se debería dar por temor a este dios, sino por el fluir de la misma naturaleza que en estos seres habita.
“Ni culpemos a la carne de ser culpable de grandes males ni atribuyamos la responsabilidad de nuestros disgustos a las circunstancias.”