FINLANDIA
HISTORIA
La historia de Finlandia engloba el período comprendido desde la primera colonización humana en la prehistoria en la zona hasta la actualidad, aunque Finlandia como estado independiente no aparecerá hasta principios del siglo xx.3 En 1808, el zar Alejandro I de Rusia, a quien la paz firmada con Napoleón Bonaparte en Tilsit había dejado las manos libres, invadió Finlandia: el Tratado de Fredrikshamn reconoció su anexión en 1809. El zar estableció el Gran Ducado de Finlandia nombrándose a sí mismo como Gran Duque y lo configuró añadiéndole los territorios conquistados en 1743 y 1809, así como parte de los territorios adquiridos en el tratado de 1721: las fronteras de Finlandia se encontraban próximas a la ciudad de San Petersburgo. No obstante, hasta finales del siglo xix, el gran ducado gozaría de una autonomía real: tuvo su propia dieta parlamentaria, ejército, moneda, sellos de correo, etc., el sueco siguió siendo el idioma oficial.
Entre 1918 y 1920, voluntarios fineses llevaron a cabo una serie de incursiones en territorio ruso, conocidas como Heimosodat, cuyo objetivo era la creación de la Gran Finlandia. Finalmente, se firmó el Tratado de Tartu con Rusia el 14 de octubre de 1920, donde se definieron las fronteras ruso-finesas. Finlandia desalojó algunas regiones en Carelia ocupadas por los voluntarios, a cambio recibió una salida al océano Ártico a través de Petsamo.
La frontera de 1920 sufrió grandes modificaciones al acabar la Segunda Guerra Mundial. Tras sufrir un fallido intento de invasión soviética entre 1939 y 1940, en la Guerra de Invierno, Finlandia perdió el acceso al lago Ládoga. En 1941, participó junto a la Alemania nazi en la invasión de la Unión Soviética, específicamente en las regiones de Carelia y alrededor del Ládoga y Leningrado. Finlandia logró recuperar los territorios perdidos en 1940,85 pero al revertirse el curso de la guerra en contra de Alemania, los fineses de nuevo tuvieron que redefinir sus fronteras con la Unión Soviética en 1944. En el Armisticio de Moscú, Finlandia realizó mayores concesiones territoriales5 y perdió su salida al océano Ártico.
Al acabar la guerra, los soviéticos actuaron con dureza sobre los territorios conquistados. Expulsaron a todos los fineses del istmo de Carelia para sustituirlos por rusos: Finlandia tuvo que acoger a más de 400 000 refugiados. Además, tuvo que pagar cuantiosas reparaciones de guerra hasta 1952. En 1945-1946, los soviéticos consiguieron que las Naciones Unidas acusaran y condenaran a todos los políticos finlandeses que estaban en el poder en junio de 1941. De un modo más general, la política exterior de Finlandia estuvo sometida a una vigilancia constante por parte de Moscú: a esta situación se la bautizó como «finlandización», una tutela que se efectuó sin que se instalara un gobierno comunista en Helsinki ni se produjera una adhesión al Pacto de Varsovia.
Tras la muerte de Iósif Stalin, la presión sobre Finlandia se relajó poco a poco: los soviéticos evacuaron la base de Porkkala en 1956; se autorizó a Finlandia a adherirse a la Asociación Europea de Libre Comercio en 1962. También fue un éxito la «línea Paasikivi-Kekkonen» —una sutil dosificación de estricta neutralidad y combinación muy medida que satisface a las exigencias soviéticas sin menoscabar la independencia finlandesa— que encarnan los presidentes Juho Kusti Paasikivi (1946-1956) y luego Urho Kekkonen (1956-1981). Reconocida como puente entre el bloque capitalista y el bloque comunista, Finlandia acogió en 1973 la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa, cuya acta final se firmó el 31 de julio de 1975.
La disolución de la Unión Soviética en 1991 puso fin a lo que subsistía de la finlandización. En febrero de 1993, Finlandia inició negociaciones con vistas a su adhesión a la Unión Europea, que se produjo en 1994.4
El 4 de abril del 2023, Finlandia ingresa a la OTAN. La adhesión de Finlandia a la alianza transatlántica añade 1.300 kilómetros a la frontera directa entre la OTAN y Rusia, e implica que el país queda cubierto por el artículo 5 de defensa colectiva de la Alianza 9
EDUCACIÓN
El sistema educativo de Finlandia es considerado como uno de los mejores en el mundo de acuerdo al informe PISA 20181. Dicho sistema se divide en dos grandes tipos de formaciones a partir de los 3 años: la formación teórica, que se imparte en las escuelas secundarias superiores y las universidades, y la formación profesional, que se imparte en las escuelas profesionales.
El sistema educativo finlandés es un sistema igualitario: la escolaridad es obligatoria de los 7 a los 16 años (los alumnos acuden a la escuela local). Es gratuita a tiempo completo para los estudiantes y esta gratuidad incluye la asistencia sanitaria y el comedor (con una comida diaria que debe cubrir alrededor de un tercio de las necesidades nutricionales diarias del alumno) para las escuelas primaria y secundaria. Durante toda la escuela elemental (peruskoulu) de 7 a 16 años, todos los libros y materiales escolares son gratuitos y dados por el mismo centro. Los alumnos que viven lejos de la escuela - a más de 5 km - pueden pedir el reembolso del coste del transporte. Los alumnos que tienen dificultades de aprendizaje pueden también beneficiarse, en el mismo centro, de la ayuda de un profesor especialista (eritysopettaja), que puede ir a clase para guiarlo o bien trabajar con él de manera separada.
A partir de la encuesta internacional PISA sobre los sistemas educativos de la OCDE, Finlandia recibe regularmente las mejores calificaciones a escala mundial. En 2003 los alumnos finlandeses de 15 años figuraban en el primer lugar del ranking mundial en cuanto a competencias lingüísticas y científicas, y se clasificaron en segunda posición en cuanto a resolución de problemas. En cuanto a los estudios superiores, el FEM (Foro Económico Mundial) situó Finlandia primera en el ranking mundial en cuanto a número de matrículas y calidad, y en segundo lugar en la enseñanza de las matemáticas y las ciencias. En los estudios que se hacen para analizar los motivos de estos buenos resultados se ponían de relieve el alto grado de responsabilidad de los alumnos, la ausencia de estrés en un sistema donde no se puede repetir curso y la calidad de la formación de los docentes.
Hasta comienzos del año 1958, Finlandia tenía un sistema educativo élite. Se hacía una selección a la edad de once años después de solo cuatro años de primaria. Los mejores alumnos podían continuar la escolaridad general primero en un instituto (durante 5 años) y luego, eventualmente, con tres años en un instituto de bachillerato. La mayoría de los niños y niñas seguían dos años suplementarios y los alumnos no hacían estudios secundarios. La mayor parte de los hijos de familias modestas dejaban la escuela en torno a los 13 o 14 años para trabajar o recibir una formación profesional.
En 1968, después de veinte años de vacilación se acometió la reforma del sistema educativo en Finlandia. Se abolió la selección a los 11 años. A partir de entonces se acoge todos los alumnos en las mismas instalaciones tanto en primaria como en secundaria hasta los 16 años y reciben la misma enseñanza elemental. La reforma se puso en práctica progresivamente según las regiones: Laponia y el extremo norte en 1972, las regiones del nordeste en 1973, las del noroeste en 1974, las del sudeste en 1975, las del sur- oeste en 1976 y la región de Helsinki en 1977. Esta progresividad permite estudiar de manera objetiva los resultados de la reforma comparando el futuro de una edad tocada por la reforma y aquellos de la misma edad no tocados por la reforma educativa. Los analistas han podido así llegar a la conclusión de que la reforma ha supuesto una reducción de las desigualdades en un 25%. Conviene, sin embargo, precisar que la sociedad finlandesa, como todas las sociedades nórdicas contemporáneas, es más igualitaria. Las diferencias familiares tienen menos efecto en el futuro de los niños que en las sociedades anglosajonas donde las reformas de democratización de la escuela no ha reducido las desigualdades sociales.
El desarrollo de este sistema educativo está conectado con el alto presupuesto del estado destinado a este ámbito, el cual representa un 11% de los fondos nacionales.
Educación Primaria
Tras abandonar la guardería, los estudiantes finlandeses con edades comprendidas entre los 5-6 y los 15-16 cursan sus 9 años de estudios obligatorios (peruskoulu en finés, grundskola en sueco).
Las clases son relativamente pequeñas, y rara vez tienen más de veinte estudiantes.3 En la escuela el ambiente es relajado e informal, y los edificios están limpios hasta el punto que los alumnos de los primeros cursos caminan en calcetines dentro de las clases dejando sus zapatos fuera de ellas. Las actividades fuera de las clases son consideradas especialmente importantes, incluso en el frío invierno, y la cantidad de deberes que se mandan para casa se reduce al mínimo para potenciar la asistencia a actividades extraescolares.4Finlandia es tras Islandia el segundo país con mayor número de libros editados per cápita,5 y este interés por la lectura se intenta trasladar a los niños desde una edad muy temprana. De hecho, todos los programas extranjeros en la televisión son subtitulados y no doblados, de forma que los niños leen incluso viendo la televisión.6
Educación Secundaria
Al finalizar la escuela secundaria, los estudiantes reciben la Ylioppilaslakki (gorra blanca de estudiante)
La escuela superior secundaria, no obligatoria, comienza a los 16 o 17 años, y dura entre tres y cuatro años. Los estudiantes pueden elegir entre una formación profesional y/o prepararse para futuros estudios en una escuela politécnica o universidad, ya que para poder acceder a ellos deberán llevar a cabo un examen de selectividad por cada una de las facultades a las que deseen ingresar.
ECONOMÍA
Finlandia tiene una economía altamente industrializada con una producción per cápita como la de Austria, Bélgica, Países Bajos y Suecia. Los principales sectores económicos son la manufactura de madera y metales, la ingeniería, las telecomunicaciones y las industrias electrónicas. El comercio exterior es importante puesto que las exportaciones han representado más de un tercio del PIB en los últimos años y se caracterizan por ser de alta tecnología, como es el caso de los teléfonos móviles. A excepción de la madera y algunos minerales, este país depende de las importaciones de materias primas, energía y algunos componentes de productos manufacturados.
Debido al clima, el desarrollo agrícola se limita a mantener la autosuficiencia en productos básicos. La silvicultura no solo es una importante fuente de ingresos de exportación, sino que proporciona una ocupación secundaria para la población rural. Este país ha sido una de las economías con mejor rendimiento dentro de la UE en los últimos años y gracias a las políticas adoptadas por sus bancos y mercados financieros, el golpe de la crisis económica mundial no ha sido tan fuerte como en otras naciones de la UE.
La economía creció en un 3,6% durante el 2010. Servicios financieros y actividades de negocios fue el sector que más aportó al PIB, con un 24,1%. Le siguieron, otros servicios, con un 24,2%; industria, con un 22,3%; comercio, transporte y comunicaciones, con un 19,8%; construcción, con un 6,6%, y agricultura, pesca y silvicultura, con un 2,9%. Así mismo, el ingreso per cápita alcanzó USD44.496 en el 2010.
En el último año, Finlandia presentó una inflación del 1,7%, luego del 1,6% del 2009. El índice de desempleo se situó en 8,4%, 1,8 puntos más que la alcanzada en el 2008. Para las mujeres, este indicador fue de 7,6% y del 9,1%, para los hombres. Así mismo, para personas menores a 25 años, el índice se situó en 21,4%, mientras que para aquellos entre 25 y 74 año, en 6,6%.
TECNOLOGIA
Finlandia ocupa el primer lugar, por delante de EEUU, de los países más desarrollados en el ámbito tecnológico del planeta, según se estipula en un informe reciente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El informe compara 72 países y los examina basándose...
El informe compara 72 países y los examina basándose en un índice de rendimiento tecnológico. Se analizan factores tales como las habilidades tecnológicas de los ciudadanos, el nivel de uso de Internet y la capacidad de aprovechar la tecnología en una economía en red. Los criterios clave que se aplicaron fueron, concretamente, el porcentaje de patentes concedidas a residentes, los ingresos por licencias y patentes, el número de usuarios de Internet, el porcentaje de exportaciones de alta y media tecnología, el número de teléfonos, el consumo de electricidad, el promedio de años de escolaridad y el número bruto de matrículas universitarias en carreras científicas.
Precedidos por Finlandia, los otros países que encabezan la lista son EEUU, Suecia, Japón, Corea del Sur, Países Bajos y Reino Unido. Salvo los citados, los países de la Unión Europea que han sido incluidos en el lugar de preferencia, llamado de los "líderes", son Alemania, Irlanda, Bélgica, Austria y Francia.
Aparte de evaluar el impacto tecnológico del país en su totalidad, el informe analizó también los "centros de tecnología de importancia mundial". A pesar de que gran parte de estos se encuentra en EEUU (13), Finlandia se distingue, de nuevo, con dos áreas, la zona de la capital Helsinki y Oulu.
En el informe se analizaron otras secciones que incluían la inversión en creación de tecnología, donde se midió el gasto en investigación y desarrollo (I+D), y el número de científicos e ingenieros de I+D. Noruega ocupa el primer lugar dentro de esta categoría, figurando asimismo Suecia, Bélgica, Países Bajos y Finlandia entre los 10 primeros. Estos mismos países son los que aparecen, igualmente, entre los 10 mejores de las secciones de difusión de tecnología en información y comunicaciones, agricultura e industria.
El objetivo general del informe fue poner de manifiesto que la tecnología de la información puede reducir los índices de pobreza. "Ignorar los avances en materia de medicina, agricultura e información supone desaprovechar la oportunidad de transformar las vidas de las personas sin recursos económicos", declaró Mark Malloch Brown, Administrador del PNUD. Si bien, una de las conclusiones a las que llega el informe es que, hasta el momento, la mayoría de las iniciativas privadas en alta tecnología se ha orientado hacia los consumidores con rentas elevadas, en vez de hacia los más pobres, tal y como demuestra el que el 80 por ciento de los usuarios de Internet del mundo se encuentre en los países desarrollados. Otro de los datos revela que tan sólo el 10 por ciento de la investigación mundial en materia de salud se centra en las enfermedades que constituyen el 90 por ciento del total mundial.