Las reglas del método sociológico.

Todos los fenómenos que se desarrollan
en el interior de la sociedad, siempre
que se presenten, con cierta generalización,
algún interés social.

No hay acontecimientos humanos que no
puedan llamarse sociales.

A la sociedad le interesa que el comer,
beber, dormir y razonar sean ejercidas
de manera regular. Sin embargo, si todo
eso fuese social, se llegaría a confundir
a la sociología con biología y psicología.

Existe un determinado grupo de fenómenos
que se distinguen marcadamente de los que
estudian las otras ciencias de la naturaleza.

Existencia de unos deberes que están
definidos, los cuales son creados por
la sociedad y recibidos en la educación.

Hay una necesidad de consultar el
código y sus intérpretes autorizados
para conocer los pormenores de las
obligaciones que nos incumben.

Los tipos de conducta o pensamiento no
son solo exteriores al individuo, sino que
están dotados de un poder imperativo y
coercitivo en virtud del cual se imponen a
él.

La conciencia pública reprime todo acto
que las ofende, mediante la vigilancia que
ejerce sobre la conducta de los ciudadanos
y las penas o castigos especiales de las que
dispone.

La regla más importante es considerar
los hechos sociales como cosas.

Desde que un nuevo orden de fenómenos
se convierten en objeto de la ciencia,
representados en el espíritu, no solo por
imágenes sensibles, sino por conceptos ya
formados.

Reflexión es anterior a la ciencia, que no
hace más que servirse de ella con más
métodos.

El hombre no puede vivir en medio de las cosas
sin hacerse ideas según las cuales reglamenta
su conducta.

En vez de intentar comprender los hechos
adquiridos y realizados, se dedica
inmediatamente a realizar otros nuevos
conformes a los fines perseguidos por los
hombres.

1. Alejar sistemáticamente todas
las premoniciones

2. No tomar nunca como objeto de
investigación más que un grupo de
fenómenos previamente definidos
por ciertas características exteriores
que les son comunes, e incluir en la
misma investigación todo los que
responden a esa misma definición.

3. Apartarse de los datos sensibles
que pueden ser demasiado personales
en el observador, para retener exclusivamente
los que presentan un grado de objetividad.