Modernismo y postmodernismo,
hacia la construcción de un liderazgo
antropocéntrico

Algunas tipificaciones
de liderazgo

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competitividad de las organizaciones jerárquicas

Según Márquez (2001), se están dando procesos de ruptura y quiebre en diferentes campos de la realidad social, de lo cual no escapa el mundo de las organizaciones

Cada cultura y cada sociedad responden a un modo de pensar y conocer específico que define su racionalidad

Modernidad y
Postmodernidad. Contrastes
en el liderazgo

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Para de la Garza (2008:10) a la crisis epistemológica del positivismo acaecida en la década de los setenta, se unen la crisis práctica devenida de la imposibilidad de predicción de grandes teorías sociales, el inicio de la crisis ecológica relacionada con la industrialización, la del estado interventor – benefactor y la extensión de la pobreza para convertirse en caldo de cultivo para “la desconfianza como estado de ánimo acerca de la idea de razón, de sujeto transformador y de progreso” en detrimento del imaginario de futuro, de proyecto o de organización, crisis que buscó su salida en el individualismo concebido como libertad frente a estructuras o concepciones totalizantes -consideradas opresoras- sin prever las consecuencias de la fragmentación que traía aparejada y con ello el inicio de su decadencia

el
líder moderno no toma en consideración
a sus seguidores convirtiéndolos en instrumentos para alcanzar sus objetivos

Esta dimensión asume un enfoque
reflexivo y dinámico que posibilita la comunicación.

Hacia un liderazgo centrado
en el hombre

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Appignanessi y otros (1997), visualizan, para el final del juego postmoderno, el retorno del pensamiento de los filósofos de la “Gran Narrativa”, entre ellos, Kant, Hegel y Marx y la reaparición del Romanticismo, como aquello que tal vez pueda traernos el remedio que buscamos.

el líder debe dictar aquellas disposiciones que, además de su perfección formal, se ordenen por entero al bien común o puedan conducir a él

La razón exige que los líderes, teniendo muy en cuenta los designios de su
conciencia, se consagren a la acción temporal, conjugando plenamente las realidades científicas, técnicas y profesionales con los bienes superiores del espíritu.

Modernismo y liderazgo

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En la concepción modernista, sociedad en la cual la razón se considera única e invariable (de la Garza y otros, 2008), se otorga gran dignidad a la racionalidad individual, la capacidad de observación cuidadosa y deliberación racional; pauta que guió el discurso durante el siglo XX (Gergen y Tojo, 1996)

En la modernidad el estudio del liderazgo se inicia con
la teoría de los Rasgos cuyo objeto era
identificar en los líderes las características de personalidad dominantes

Desde la óptica modernista, la discusión racional debe pasar por las reglas existentes dentro de una tradición particular cultural, dándose jerarquías de racionalidad dentro de la cultura, en virtud del grado educativo y nivel cultural, entre otros

Postmodernismo y
concepción del liderazgo

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Pareciera existir consenso de que el juego de interrelaciones y creencias modernistas pierde poco a poco su sentido de ordenamiento y validez.

En este proceso dialógico el sujeto construye sus propias representaciones que ahora son visiones compartidas, negociadas que regulan su comportamiento dentro de la organización

el pensamiento postmoderno, la lengua viene a ser un subproducto del intercambio humano y su viabilidad depende de la cooperación vecina