Durante varias etapas históricas, Argentina experimentó diferentes olas migratorias, cada una influenciada por factores políticos, económicos y sociales de la época. Desde la inmigración moderada en el siglo XIX, principalmente de italianos y españoles, hasta periodos de gran inmigración debido a la disponibilidad de tierras para el cultivo, el país vivió fluctuaciones significativas en el flujo migratorio.