Educación y religión
Siempre ha habido una relación estrecha entre religión y educación
la religión no sólo fue el marco en el que se generaron las primeras “explicaciones” sobre el orden cósmico y el lugar de los seres humanos, fue forjadora de normas básicas de convivencia social
fue una de las primeras educadoras
lo religioso salió de la escena cultural y educativa. Tanto por su peso y su poder institucional como por su arraigo en las prácticas, costumbres y tradiciones populares, lo religioso en sus diversas expresiones siguió presente en disputa, muchas veces franca, con las visiones educativas laicas.
La filosofía y luego la ciencia abrieron grietas importantes en esta dominio educativo ejercido desde la religión
La filosofía y la ciencia no excluyen a la religión en la labor educativa, pero le ponen serios reparos a una educación puramente religiosa.
La filosofía y la ciencia se hacen presentes en el proceso educativo
La crítica aparece como un aspecto sustantivo en la educación: criticar es someter al escrutinio de la razón y de la experiencia cualquier realidad o verdad, bajo el supuesto de que no hay realidades ni verdades definitivas.
La filosofía, la ciencia, tecnología, tampoco la democracia y el mercad, lograron colmar las ansias de ultimidad, de sentido y de trascendencia que parecieran estar inscritas en la naturaleza humana desde los más remotos tiempos
la filosofía y la ciencia dan lugar a una nueva visión de la educación, ya no es entendida como repetición de verdades dichas por un profeta de origen divino, sino un proceso de búsqueda de la verdad esencialmente humano, una búsqueda basada en argumentos y en pruebas empíricas refutables y reemplazables por otros argumentos y pruebas mejores
Educar es, preparar a los alumnos y alumnas para esa búsqueda, la cual no es ajena ni a la vida buena y justa ni a la salud mental y física.
Del lado de quienes promovían una educación exclusivamente laica, sin ningún influjo religioso, había argumentos suficientes para sostener que, además de conocimientos, la ciencia y la filosofía ofrecían a los ciudadanos y ciudadanas el horizonte normativo suficiente para llevar una vida buena.