JESUCRISTO COMO PRINCIPIO ÉTICO-MORAL SUPREMO- Ariana Albújar Siancas- 3B secundaria

La tentación más grande que llevamos inscrito en nuestros genes vitales y humanos, es el deseo de poder; Jesús no se relacionó con sus discípulos desde su superioridad si no desde la ejemplaridad.

Jesús en el pasaje del lavatorio de los pie enseña a sus apóstoles que no deben comprender ni emprender la misión desde el poder si no desde la ejemplaridad.

Lo que le interesaba a Jesús es si una persona, tuviese lo que tuviese, estaba dispuesta a desprenderse de lo que tenía,
o a dar productividad a sus bienes al servicio de los demás, compartiendo lo que se tiene, entregando lo que se es.

Jesús con las bienaventuranzas presenta su programa ético de felicidad, para Jesús lo que importa es hacer feliz a la
gente, hacer que los demás se sientan felices por haber nacido.

Las bienaventuranzas se refiere a la gente que sufre

La ética de Jesús, es una ética de la solidaridad, entre los últimos hay buenos y malos; lo que ocurre que los últimos carecen de poder y por eso son los más necesitados del mundo.

Es que la ética de la necesidad del otro es mucho más exigente y dura de cumplir que la ética del propio deber

Para Jesús la meta suprema es el amor a los demás, con el cumplimiento del precepto religioso.

Es la ética de la vida, del gozo, y quiere que todos vivamos y gocemos de la vida (gozo compartido sin exclusión).

La ética de Jesús fue una ética crítica y de cambio, debido a lo mal que funcionaban cosas en su pueblo y en su tiempo. Y en lugar de criticar, ofrecía los grandes valores del Evangelio.

La ética de Jesús fue una ética que se sustentaba en la Fe en Dios.

Lo primero que vio Dios que tenía que hacer para traer salvación y esperanza al mundo, era humanizarse, hacerse
hombre “No se aferró a su categoría de Dios, sino que, al contrario, se despojó de su rango y tomó condición de esclavo”.

La ética de Cristo es fuerte y dura (dolor del mundo), nos habla con frecuencia de pobres, enfermos, pecadores, desamparados, miserables, gente sin esperanza, Jesús empieza con el éxito del arrastre sobre las masas de los desgraciados, pero acabó con el desastre de la cruz.

Pedro, resume su vida en la fórmula: “pasó por la vida haciendo el bien”. Fue una persona para los demás y no para sí misma. La ética de Jesús es una ética para la felicidad, para que nos sintamos dichosos de haber nacido

El agua, que Jesús convirtió en vino, signo de la abundancia, de la vida y del gozo de vivir, como lo habían anunciado los Profetas.

“La ética de Jesús nos resulta tan difícil de asumir precisamente por su desconcertante humanidad”