La evolución y actual situación de la Industria
maquiladora y sus efectos en la economía nacional
La importancia de las maquiladoras en la economía mexicana
Entre los más importantes, cabe destacar el Programa de Importación Temporal para la Exportación (PITEX)
a lo largo de la década de los noventa, el PITEX cobró una importancia cada vez mayor, sobre todo para empresas localizadas en regiones no fronterizas.
Maquiladoras y política industrial
Originalmente, el programa de maquiladoras fue un instrumento para crear empleos. El gobierno mexicano buscaba enfrentar una situación de desempleo grave en la zona fronteriza con una política de excepción, con alcances temporales y regionales delimitados.
En el discurso oficial, las maquiladoras nunca dejaron de considerarse un "mal temporal"; en los hechos, el enfoque gubernamental se limitó a permitir su instalación para combatir el desempleo y generar divisas.
Según tal enfoque, se elaboraron todos los instrumentos que regularon sus actividades durante los primeros 20 años de operación: en 1966 se emitieron las reglas que permitieron la importación temporal de maquinaria e insumos a la franja fronteriza
Maquiladoras
El primer cambio importante sucedió en 1983, en el contexto de lo que sería el principio de un proceso amplio de apertura externa, y desregulación de la economía mexicana. Tanto el Plan Nacional de Desarrollo publicado ese año, como el nuevo Decreto para el fomento y operación de industria maquiladora de exportación, de agosto de 1983, coincidían en otorgar a las maquiladoras un papel relevante no sólo en la generación de empleo y divisas, sino como la base del desarrollo económico de la región fronteriza y fuente de modernización tecnológica (Carrillo 1989).
El efecto del TLCAN
Durante los primeros años del TLCAN las maquiladoras crecieron notablemente, a tal grado que para algunos analistas la explicación de tal expansión son las condiciones creadas por el tratado (Vargas 2003).
En efecto, en los primeros seis años del TLCAN el empleo creció en 110 por ciento, mientras que en los seis previos había sido de 78 (Sargent y Matthews 2003). Asimismo, durante el mismo lapso el número de plantas creció 49 por ciento, y el incremento fue de 78 entre 1994 y 2000.
Las empresas maquiladoras de exportación deberán atender a las siguientes prioridades nacionales:
I. Crear fuentes de empleo;
II. Fortalecer la balanza comercial del país a través de una mayor aportación neta de divisas
III. Contribuir a una mayor integración interindustrial y coadyuvar a elevar la competitividad internacional de la industria nacional.
IV. Elevar la capacitación de los trabajadores e impulsar el desarrollo y la transferencia de tecnología en el país.