TRAUMA ABDOMINAL

Acción violenta de agentes lesivos en los orgánicos que
constituyen el área abdominal (la pared abdominal, el contenido visceral o el ambos).

Características anatomicas

Cavidad abdominal

Situada en el interior del abdomen y limitada por la musculatura abdominal.

Compartimiento peritoneal

Rodeado por el peritoneo, membrana
serosa que engloba a la mayoría de los órganos digestivos: hígado, estómago,
intestino delgado, parte del intestino grueso y bazo

Compartimiento retroperitoneal

Situada por detrás del peritoneo: se encuentra el páncreas, los riñones, las glándulas adrenales, los uréteres, la aorta
abdominal y la vena cava inferior y sus ramas.

Cualquier paciente que ha sufrido una lesión en el torso de un golpe directo, deceleración, explosión, o lesión penetrante debe considerar que tiene una lesión vascular, o lesión pélvica visceral abdominal hasta que se demuestre lo contrario

Clasificación de trauma

Traumatismo abdominal cerrado

Las lesiones se producen en los órganos internos, principalmente por movimientos de aceleración /desaceleración bruscos o aumentos significativos de la presión abdominal (contusiones)

1 caso, se producen habitualmente por la contusión o impacto con un objeto sólido, con gran intensidad.

2 caso, se producen fuerzas de desgarro, normalmente de órganos sólidos como el hígado, y vasos sanguíneos, provocando hemorragias internas que pueden cursan con una gran inestabilidad hemodinámica.

Se produce un aumento de la presión intraabdominal, que puede ocasionar el desplazamiento de órganos internos, pudiendo causar la rotura de éstos, o compresión a otros órganos adyacentes, así como presión a la cavidad torácica, provocando deterioro de la función respiratoria, y comprometiendo por doble partida la estabilidad hemodinámica del paciente.

Tipos de lesiones

Las lesiones parietales

Generalmente no se asocian a compromiso vital. Se identifican por hematomas, equimosis, roturas musculares y lesiones vasculares.

Las lesiones viscerales

Son de vital importancia, condicionan la estabilidad hemodinámica del paciente.

Se pueden clasificar a su vez en víscera maciza (bazo, hígado, páncreas).

Víscera hueca (intestino delgado, grueso, duodeno, vesícula biliar y vejiga)

Organos de sostén. Aquí se podrían incluir las lesiones de grandes vasos, por la gravedad que entrañan: vasos mesentéricos, porta, cava, suprahepática, ilíacas y tronco celíaco.

Traumatismo abdominal abierto

Se clasifica según el agente causal, y teniendo en cuenta que supere o no la cavidad abdominal. Este tipo de traumatismos laceran o cortan los órganos afectados

El daño causado dependerá del arma utilizada, ya sea de baja, media o alta energía

Las de baja energía son las armas blancas utilizadas con la mano, tales como un cuchillo o una navaja.

Se consideran de media y alta energía las armas de fuego, tales como pistolas, rifles y escopetas.

Tipos de agentes lesivos

Traumatismos causados por arma de fuego

Son heridas más lesivas que las causadas por arma blanca, y la mayoría de ellas precisan tratamiento quirúrgico.

Los proyectiles lanzados por un arma de fuego causan diversas lesiones a su paso por el cuerpo.

En primer lugar, aparece una cavidad temporal, que acompaña al proyectil en su penetración. La capacidad de causar lesiones depende del tejido desplazado, produciendo con frecuencia mayor lesión en hígado y bazo.

En segunda instancia se produce una cavidad permanente, que es el trayecto de la herida y se corresponde con el desgarro tisular.

Se debe buscar la existencia de orificio de entrada y de salida. Suele producirse un orificio de entrada por cada proyectil, a no ser que rebote y se fragmente.

En cuanto al orificio de salida, normalmente presentan un tamaño e irregularidad mayores al de entrada. Esto se debe a que el proyectil en su recorrido por el interior del cuerpo rota sobre su eje, se deforma por los múltiples impacto contra los tejidos biológicos y arrastra parte de ellos.

Traumatismos causados por arma blanca

Importante identificar el tipo de arma utilizado y la trayectoria que ha seguido, así como conocer y averiguar si el arma blanca acaba en punta o es romo, si es de sierra o liso, las dimensiones del mismo, la zona abdominal afectada, el número de impactos recibidos y la posibilidad de movimiento del arma una vez que ha penetrado (ya que puede presentar lesiones internas más graves, que no se corresponden con lo que se observa).

Objetos empalados

El objeto permanece insertado en el abdomen de la víctima, bien sean trozos de un vehículo accidentado, vallas, un cuchillo o cualquier objeto punzante que no ha sido extraído.

En estos casos es de vital importancia no mover el objeto, ni extraerlo ya que el mismo puede estar ejerciendo una acción compresiva sobre los vasos que le rodean.

El tratamiento está encaminado a aplicar medidas que garanticen el estado hemodinámico y a inmovilizar el objeto para su posterior retirada, utilizando para ello gasas y vendas que fijan y sujetan el cuerpo de la víctima.

No se debe hacer palpación abdominal, ya que se podrían ocasionar más laceraciones en los tejidos.

Su extracción se realizará en un quirófano y con ayuda de los medios diagnósticos adecuados.

Hay que prestar soporte psicológico tranquilizando al paciente, para evitar movimientos no deseados y que se pudiesen producir más lesiones.

Evisceración

Salida de vísceras al exterior, a través de una herida abdominal.

Nunca se deben intentar reintroducir en el abdomen, la actuación en el medio prehospitalario estará encaminada a garantizar que se mantenga húmedo para evitar la necrosis del tejido, cubriendo las vísceras con compresas estériles empapadas en solución salina estéril caliente, humedeciéndose cada cierto tiempo.

El tratamiento definitivo es quirúrgico, por lo que se debe trasladar al paciente a un centro útil, sin olvidar dar al paciente apoyo psicológico, ya que es una situación en la que puede estar afectado, y cualquier acción como llorar, toser o gritar puede ocasionar que salgan más órganos a través de la herida.

Los órganos susceptibles de dañarse dependen del momento del ciclo respiratorio en que se produzca la lesión.

En la inspiración máxima los pulmones se encuentran completamente distendidos y el diafragma desplaza fuera de la parrilla costal los órganos alojados en su interior, dejando más expuestos al hígado y bazo.

En la espiración máxima el hígado y el bazo adquieren mayor protección gracias a la parrilla costal, pudiendo subir el diafragma en una espiración forzada hasta el 4º espacio intercostal.