La cosmovisión afrodescendiente integra una rica mezcla de espiritualidad, prácticas curativas y folklore. En este contexto, las deidades africanas como Oshún, Elegguá, Changó y Yemayá se veneran a través de rituales y rezos, simbolizando un sincretismo religioso que amalgama elementos africanos con figuras católicas, como la virgen de la Caridad del Cobre.