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av JADE ESTEPHANIA MONTERRUBIO HERNANDEZ för 10 månader sedan

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Neurociencia: pasado, presente y futuro

La neurociencia ha evolucionado significativamente desde sus primeros días, cuando nuestros antepasados prehistóricos ya reconocían la importancia del cerebro. De hecho, documentos médicos del antiguo Egipto, con una antigüedad de casi 5,000 años, muestran un conocimiento sorprendente sobre los síntomas del daño cerebral.

Neurociencia: pasado, presente y futuro

Neurociencia: pasado, presente y futuro

Neurociencia cognitiva.

Estudia cómo la actividad cerebral crea la mente.

Neurociencia conductual.

¿Cómo trabajan de forma conjunta diferentes sistemas nerviosos para producir conductas integradas? Por ejemplo, ¿se encargan diferentes sistemas de las diferentes formas de memoria? ¿Dónde actúan en el cerebro los fármacos que alteran la mente y cuál es la contribución normal de estos sistemas a la regulación del estado de ánimo y de la conducta? ¿Qué sistemas neurales se encargan de las conductas específicas de cada sexo? ¿Dónde se crean los sueños y qué nos revelan? Estas preguntas las estudia la neurociencia conductual.

Neurociencia de sistemas.

Los científicos estudian cómo diferentes circuitos nerviosos analizan la información sensorial, forman percepciones del mundo externo, toman decisiones y ejecutan movimientos.

Neurociencia celular.

Se centra en estudiar cómo todas esas moléculas trabajan de forma conjunta para aportar a las neuronas sus propiedades especiales.

Neurociencia molecular.

Estas diferentes moléculas desempeñan diferentes papeles cruciales para la función cerebral: mensajeros que permiten a las neuronas comunicarse unas con otras, centinelas que controlan los materiales que pueden entrar en las neuronas o salir de ellas, conductores que orquestan el crecimiento neuronal, archivadores de experiencias pasadas.
El cerebro está compuesto por una fantástica variedad de moléculas, muchas de las cuales son exclusivas del sistema nervioso.

LA NEUROCIENCIA EN LA ACTUALIDAD

Niveles de análisis
En orden creciente de complejidad, estos niveles son el molecular, el celular, el de sistemas, el conductual y el cognitivo. Neurociencia molecular.

Concepción del cerebro en el s. XIX

El cerebro opera como una máquina y sigue las leyes de la naturaleza.
El cerebro tiene diferentes partes identificables, que probablemente realizan funciones distintas.
El cerebro se comunica con el cuerpo a través de los nervios.
El sistema nervioso consta de dos divisiones, el sistema nervioso central (SNC) y el sistema nervioso periférico (SNP). El SNC se compone del encéfalo y de la médula espinal. Las tres partes principales del encéfalo son el cerebro, el cerebelo y el tronco cerebral. El SNP se compone de los nervios y las células nerviosas que se hallan fuera del cerebro y de la médula espinal.
La lesión cerebral puede perturbar las sensaciones, los movimientos y los pensamientos y puede provocar la muerte.

Concepción del cerebro desde el Renacimiento al s. XIX.

Descartes creía que la mente es una entidad espiritual que recibe las sensaciones y ordena los movimientos comunicándose con la maquinaria del cerebro por medio de la glándula pineal
Descartes propuso que los mecanismos cerebrales controlan la conducta humana sólo en los casos en que esta conducta se asemeja a la de las bestias.
Uno de los principales partidarios de esta teoría de mecánica de fluidos de la función cerebral fue el matemático y filósofo francés René Descartes (1596-1650).

Concepción del cerebro durante el Imperio Romano.

El cerebro, de hecho, está implicado de forma importante en la sensación y en la percepción, y el cerebelo es sobre todo un centro de control del movimiento. Además, el cerebro es el depósito de la memoria.
Galeno sugirió que el cerebro recibe las sensaciones y el cerebelo controla los músculos.
La figura más importante de la medicina romana fue el médico y escritor griego Galeno (130-200 d.C.), quien recogió la concepción hipocrática de la función cerebral.

Concepción del cerebro en la Grecia Antigua

Aristóteles (384-322 a.C.) se aferró a la creencia de que el corazón era el centro del intelecto. Propuso que era un radiador para enfriar la sangre sobrecalentada por el corazón. El temperamento racional de los humanos se explicaba por tanto por la gran capacidad refrigerante de nuestro cerebro.
El intelectual más influyente fue Hipócrates (460-379 a.C.), el padre de la medicina occidental, quien estableció la idea de que el cerebro no estaba sólo implicado en la sensación sino que era además el asiento de la inteligencia.

ORÍGENES DE LA NEUROCIENCIA

Escrituras de médicos del antiguo Egipto, de casi 5 000 años de antigüedad, indican que conocían muchos síntomas de daño cerebral.
Nuestros antepasados prehistóricos apreciaron que la función del cerebro era vital.

La Society for Neuroscience.

La comprensión del funcionamiento del cerebro requiere el conocimiento de muchos aspectos, desde la estructura de la molécula de agua hasta las propiedades eléctricas y químicas del cerebro.
Es una de las asociaciones de científicos profesionales más grande y de mayor crecimiento.
Los científicos que se dedicaron al estudio del sistema nervioso provenían de diferentes disciplinas científicas: medicina, biología, psicología, física, química, matemáticas.
Asociación de neurocientíficos profesionales, que fue fundada en una fecha tan reciente como 1970.

Es propio de la naturaleza humana ser curioso sobre cómo vemos y oímos; por qué algunas cosas sientan bien y otras hacen daño; cómo nos movemos; cómo razonamos, aprendemos, recordamos y olvidamos; la naturaleza de la furia y de la locura.