CINCO PILARES PARA PROMOVER UN CAMBIO DE PARADIGMA EN LA EDUCACIÓN DEL PROFESORADO

En los albores del siglo XXI, la mayoría de los gobiernos latinoamericanos se plantean la meta de la profesionalización docente como un objetivo prioritario para mejorar la calidad, el rendimiento y la eficiencia de los sistemas educativos.

La convocatoria a un proceso de profesionalización docente se debe, sin duda, a la constatación de la existencia de un proceso de desprofesionalización.

para sostener una construcción profesional en los términos planteados, al momento del surgimiento de la docencia existen ciertas condiciones indispensables (Perrenoud, 1996; Goodson, 2000).

La primera es que la formación de grado sea de calidad; la segunda es que la actualización y el perfeccionamiento sean razonablemente periódicos, o aun permanentes, y también de calidad; la tercera es que la supervisión funcione y la cuarta es que al menos una parte del cuerpo profesional participe de la producción de lo que podrían denominarse dispositivos de mediación entre el saber elaborado y el saber escolar.

Esta situación de desprofesionalización técnica del trabajo docente desembocó en el desarme intelectual de los docentes (ibídem).

Se propone que la principal clave para promover la reinvención de la profesión de enseñar está en ubicar un foco que permita concentrar los esfuerzos formativos y garantizar

Se definió el concepto de competencia:

Un sistema altamente especializado de habilidades, capacidades y destrezas que son necesarias o suficientes para alcanzar un objetivo específico [en este caso, educar con sentido humanista en el siglo XXII.

1. Ciudadania

2. Sabiduría.

3. Empatía.

4. Institucionalismo.

5. Pragmatismo.

causas exógenas y endógenas

Endógenas: referidas al propio sistema educativo. Proponemos organizarlas como un continuo que se desarrolla entre dos posiciones.

Las causas coyunturales no cuestiona la existencia misma de la escuela y del sistema educativo como instituciones adecuadas para garantizar la formación de los niños y de los jóvenes hacia el siglo XXI, ni se preocupa por temas tales como la existencia o no de un ciclo educativo a lo largo de la vida de las personas. Supone que la escuela y el sistema educativo tienen que seguir existiendo y que tienen que concentrar la atención en un período de la vida de las personas: la infancia y la juventud, pero que deben funcionar mejor.

Las causas estructurales, en cambio, cuestiona la existencia misma de la escuela y del sistema educativo como instituciones adecuadas para garantizar la formación de los niños y de los jóvenes hacia el siglo XXI y se preocupa por algunos temas tales como la existencia o no de un único momento o etapa educativa a lo largo de la vida de las personas.

CUATRO HIPÓTESIS PARA REPENSAR
LA EDUCACIÓN DE MAESTROS Y PROFESORES

1. La crisis del profesorado es al mismo tiempo una crisis coyuntural y estructural

En América Latina los alumnos sometidos a diferentes pruebas aprenden alrededor del 50% de lo que se esperaba que aprendieran.

Este es un problema coyuntural, que tiene que encontrar alguna solución o al menos un paliativo relativamente rápido.

Tendencia a culpabilizar a los docentes:no es considerado políticamente correcto, sin embargo no faltan los políticos de primer nivel lo hagan.

Los maestros y profesores perciben esta situación y la manifiestan en insatisfacción, fundamentalmente porque no se les reconoce.

En ese contexto se manifiesta la deserción de cuadros docentes.

Algunas de esas políticas e iniciativas no parecen haber tenido el efecto buscado. Otras, en cambio, parecen necesitar de más tiempo para desarrollarse plenamente y ser evaluadas.

2. La crisis estructural del profesorado está indisolublemente ligada a la crisis estructural de la escuela y de los sistemas educativos modernos

Las escuelas y los sistemas educativos fueron inventados para responder a los desafíos emergentes en un determinado período histórico, situado entre mediados del siglo XVIII y fines del siglo XIX

Los procesos de cambio en el mundo rural obligaban a socializar rápida y bruscamente a los expulsados de los campos para ingresar al mundo urbano y someterse a las artificiales condiciones de vida creadas allí.

El tipo de división técnica del trabajo de las primeras etapas de la industrialización de Occidente exigía una formación también diferenciada entre algunos destinados a dirigir y otros a producir

Las sociedades en proceso de secularización y de modernización fueron inventando una utopía educativa que permitiera orientar la acción de las generaciones adultas en los procesos de formación de las generaciones más jóvenes.

Esa utopía supuso la creación de la docencia como profesión, entendida en este contexto como una práctica de habilidades normalizadas que se ejercen en el seno de una configuración institucional burocrática y jerarquizada

La formación inicial en saberes y valores en instituciones especializadas, por un lado, y actualización, perfeccionamiento e intercambio entre pares, con centro en las metodologías de enseñanza.

Todo esto implica un circuito fuertemente endogámico. Tanto la formación, actualización y el perfeccionamiento, como la supervisión fueron actividades pensadas como una cadena de profundización y control de habilidades pedagógico-didácticas.

El principal mecanismo previsto para la creación de la docencia como profesión fue la formación en ciertos saberes y valores específicos durante un período y en instituciones especializadas.

Se pone en cuestión que los conocimientos sustantivos y organizacionales que los maestros y profesores aprenden durante su formación puedan ser válidos como conocimientos normalizados a lo largo de todo el período de ejercicio de su profesión.

La proliferación de espacios de creación de nuevos conocimientos externos a las instituciones académicas y de formación lleva también a cuestionar la pertinencia de que los circuitos tanto de formación, actualización y perfeccionamiento y de supervisión. s

En las escuelas se hacen presentes, al mismo tiempo, fenómenos asociados con la globalización y con la reivindicación de identidades de grupos y personas que parecen estar por encima de la búsqueda de construcción de un imaginario nacional compartido por todos los niños, niñas y jóvenes que pasan por las instituciones de un mismo sistema educativo, como era propio de todo sistema educativo nacional en su momento fundacional.

Todo esto deja a muchos maestros y profesores al desnudo.

3. La escuela es una abstracción imaginaria homogénea, pero las instituciones reales son incuestionablemente diversas

Como si esto fuera poco, la reciente sociología de la educación pone claramente de manifiesto que, en realidad, aunque tendencialmente se enfaticen los aspectos que tienen todas las escuelas en común, en la vida diaria existen muchos tipos de escuelas y muchas formas de clasificarlas.

se puede distinguir entre escuelas totales y escuelas parciales.

Las escuelas totales serían aquellas que aspiran a formar íntegramente a los jóvenes.

Las escuelas parciales están especializadas en alguna función prioritaria. En general, disponen de apenas 4 o 5 horas diarias con cada grupo, a veces menos.

En Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia ya hace algún tiempo que se propone la “escuela virtual”.

La disponibilidad de las nuevas tecnologías es un dato y la baja capacidad del profesorado para utilizarlas también.

4. El diseño institucional de la oferta de formación y de capacitación docente está armado principalmente desde las necesidades y demandas de los profesores y no desde las necesidades y demandas de los usuarios

Los pedagogos somos en el discurso absolutamente refractarios a la lógica del mercado y al establecimiento de prioridades educativas desde la lógica de la demanda... excepto cuando los demandantes somos nosotros mismos.

En líneas generales resulta evidente que los docentes demandan y obtienen muchas más oportunidades de capacitación ligadas a las metodologías y estrategias de enseñanza.

La actualización en contenidos disciplinares que les permitan comprender mejor los avances científicos y tecnológicos y los cambios sociales, o los propios cambios en las características de los jóvenes y de los adolescentes y de sus producciones.

Por otra parte, recién ahora y muy lentamente los profesores comienzan a demandar oportunidades de capacitación para la ponderación y la utilización de tecnologías complementarias al libro.

Es difícil y es por eso inusual que los docentes generen estrategias para aprovechar como oportunidad de capacitación los múltiples programas de televisión de carácter informativo, en particular de ciencias.