La regencia farmacéutica implica la supervisión y administración de medicamentos, asegurando que se sigan vías adecuadas para su aplicación. Existen múltiples métodos de administración, como la vía vaginal, ótica, parenteral, enteral, sobre la piel, inhalatoria, oftalmológica y nasal, cada uno seleccionado según el tipo de tratamiento requerido.