Un modelo matemático de transacciones económicas desarrollado por Anirban Chakraborti sugiere que la desigualdad es inevitable. Este modelo, conocido como el yard-sale model, plantea que la riqueza se transfiere entre individuos cuando hay errores en las transacciones.
Desde este conflicto que azota
diferentes paises del mundo, nos
enfrentamos a una realidad en
donde la gran pregunta ¿se puede
solucionar? encontrando
respuestas posibles sin entrar en
que exista sola una verdad,
teniendo 2 teorías
podría residir en una peculiaridad aritmética muy conocida.
Dicho método emplea modelos de distribución de la riqueza
«basados en agentes». Estos comienzan con una transacción
entre dos agentes o actores, cada uno de los cuales trata de
optimizar sus resultados económicos. En el mundo moderno,
nada podría parecer más justo o natural que dos personas que
deciden intercambiar bienes, acuerdan un precio y se dan un
apretón de manos. La aparente estabilidad del sistema económico que surge de
este equilibrio entre la oferta y la demanda
de actores individuales se percibe como una de las cumbres
del pensamiento ilustrado, hasta tal punto que mucha gente
ha llegado a confundir el libre mercado con la propia noción
de libertad. Sin embargo, nuestros modelos matemáticos engañosamente simples y
basados en transacciones voluntarias
sugieren que es hora de reexaminar seriamente esa idea.
En particular, el modelo «afín» de riqueza (llamado así por
sus propiedades matemáticas) describe la distribución de la
riqueza de los hogares en diversos países desarrollados con una
precisión exquisita, al tiempo que revela una asimetría sutil que
hace que la riqueza tienda a concentrarse.
la solución esta un poco ambigua,
ya que los datos económicos
terminan siendo un juego de
impulso humano, un termino de
suerte constante, por esos factores
el desequilibrio existe hasta
soportado por las matemáticas y
la física,
Conclusión desde mi
perspectiva
dentro del texto conlleva a un análisis matemático,
muy apegado a como se mueve la riqueza y que
llega a titular su texto con el propio
cuestionamiento de si es inevitable. claramente
todo esta medido realmente desde un contexto
mas subjetivo de un individuo por cada transacción
que se realiza como símil de una acción diaria, en
palabras mas sencillas la riqueza depende de hacer
bien el proceso de cada sujeto, el riego la suerte y
el esfuerzo definirán cuando se sale de un
desequilibrio constante por que el mas rico sigue
mas rico y el pobre mas pobre, pero no siempre
será así por que ricos y pobres siguen siendo solo
una caratula definida por las cuentas bien
realizadas, una buena reorganización seria
importante pero con la constante de la riqueza
fluida de pobre a rico
la tendencia natural de la riqueza a fluir desde
los pobres a los ricos en una economía de mercado solo puede compensarse mediante
un mecanismo de redistribución
cuidadosamente diseñado. La redistribución a menudo se
confunde con los impuestos, pero es un concepto muy diferente. Los impuestos pasan de
las personas a sus Gobiernos
y sirven para financiar las actividades de estos. La redistribución (aunque puedan
implementarla los Gobiernos) es
más bien un flujo de riqueza entre personas que compensa
la injusticia inherente a la economía de mercado. En un esquema de redistribución fija,
todos aquellos con una riqueza
inferior a la media recibirían fondos netos, mientras que los
que se situasen por encima de la media deberían aportarlos.
Y, dada la situación actual de extrema desigualdad, la mayoría de la gente recibiría
dinero.
En vista de lo complicadas que son las economías reales,
resulta gratificante que un sencillo método analítico desarrollado por físicos y
matemáticos sea capaz de describir las
distribuciones de riqueza de múltiples naciones con una precisión y exactitud sin
precedentes. También resulta bastante
curioso que dichas distribuciones muestren características
sutiles, pero esenciales, de los sistemas físicos complejos. Sin
embargo, lo más importante es el hecho de que un esbozo del
mercado libre tan simple y plausible como el modelo afín de
riqueza dé lugar a economías que son cualquier cosa menos
libres y justas. Eso debería constituir tanto un motivo de
alarma como una llamada a la acción
¿Significa eso que los agentes más pobres nunca ganan o
que los más ricos nunca pierden? Obviamente, no. La situación
recuerda de nuevo a un casino: unas veces se gana y otras se
pierde, pero cuanto más tiempo permanezcamos en el casino,
más probable será que perdamos. Y el mercado libre es como
un casino que no podemos abandonar. El goteo de riqueza que
fluye de pobres a ricos en cada transacción deviene un torrente
cuando se multiplica por 7700 millones de personas que completan
innumerables transacciones alrededor del mundo cada
año. La desigualdad se acentúa debido
a los efectos colectivos de enormes cantidades de transacciones
aparentemente inocuas pero sutilmente sesgadas.
Que significa todo esto?
calculos matematicos que soportan
las teorias
Podemos pensar: hay una probabilidad
½ de ganar 20 euros y una probabilidad ½ de perder 17 euros.
Por lo tanto, la ganancia esperada
½ × (+20 €) + ½ × (-17 €) = 1,50 €
es positiva. Dicho de otra forma, las probabilidades de ganar y
perder son las mismas, pero la ganancia si ganamos es mayor
que la pérdida si perdemos. Desde esta perspectiva, parece
ventajoso participar en el juego.
O podríamos ir más allá, como hacen los ajedrecistas: ¿qué
ocurre si jugamos 10 rondas? Un resultado probable es que salgan
cinco caras y cinco cruces. Cada vez que sale cara, nuestra
apuesta se multiplica por 1,2. Cada vez que sale cruz, por 0,83.
Tras ganar cinco veces y perder otras cinco (en cualquier orden),
en la mesa quedarán
1,2 × 1,2 × 1,2 × 1,2 × 1,2 × 0,83 × 0,83 × 0,83 × 0,83 ×
0,83 × 100 € = 98,02 €,
esto nos deja ver un índice muy
arraigado dentro de como se
percibe la oligarquía, encontrando
que siempre el recurso gira a partir
del que tiene mas, alcanzando un
sistema que desde la perspectiva
del autor es algo inestable, un
punto de equilibro solamente
onírico.
El sencillo modelo matemático de la venta
de segunda mano (yard-sale model), desarrollado por el físico Anirban
Chakraborti,
asume que la riqueza pasa de una persona a
otra cuando la primera comete un «error»
en una transacción económica. Si la cantidad pagada por un objeto
coincide exactamente con su valor, la riqueza no cambia de
manos. Pero si el comprador paga más de
la cuenta o el vendedor acepta menos de
lo que vale el artículo, se transfiere riqueza
entre ellos. Como nadie quiere arruinarse,
Chakraborti supuso que la cantidad que se
podía perder era una fracción de la riqueza
de la persona más pobre. Halló que el
modelo conduce a una situación de desigualdad extrema: incluso si el
resultado de
cada transacción se decide mediante el lanzamiento de una moneda
justa, tras muchas
compras y ventas la riqueza acabará inevitablemente en los bolsillos de
una única
persona.
Ganadores y Perdedores
La desigualdad en la distribución de la riqueza está
aumentando a un ritmo alarmante en países tan diversos
como EE.UU., Rusia, India y Brasil.
Según el banco Credit Suisse, entre la crisis financiera de
2008 y el año
2018, la fracción de la riqueza de los hogares acaparada
por el 1 por ciento más rico de la población mundial pasó
del 42,5 al 47,2 por ciento. En
otras palabras: en 2010, 388 individuos eran tan ricos como
la mitad más
pobre de la población mundial (unos 3500 millones de
personas). Hoy
ese número es 26, de acuerdo con los cálculos de Oxfam.
Las estadísticas de casi todas las
naciones que miden la riqueza de las familias indican que
está cada vez más concentrada