Al argumentar, se deben considerar tanto los aspectos explícitos como implícitos de lo que se comunica. Es esencial reconocer cómo las actitudes y emociones pueden influir en la percepción de los argumentos por parte de los oyentes.
Se relaciona con cuestiones tan inmediatas para los participantes como sus valores, actitudes e incluso sus estados de ánimo
Implica empatía y buena voluntad
El problema por el cual se debate se ubica dentro de una situación espacio-temporal
Contribuye a un mejor y más rápido entendimiento
Facilita una comunicación más fluida
Hace posible que la argumentación se ubique en situaciones resales, actuales, y específicas.
Al argumentar ¿Qué puedo estar diciendo sin decirlo?
Alegría
Coraje
Rechazo
Aprobación
Fastidio
Asentamiento
Disgusto
¿Cómo puedo presuponer de manera legítima al argumentar?
Actitud de cambio y apertura
Actitud de escucha
Intención o disponibilidad
Justicia
Veracidad
¿Qué consecuencias pudieran tener mis argumentos?
Grado de empleo de valores y actitudes positivas, como la veracidad, la honestidad, la justicia, el respeto, lo racional y razonable, la empatía, la apertura, el manejo adecuado de emociones y pasiones
Previsión o no de las objeciones virtuales de nuestros oponentes para reconocer nuestras debilidades argumentativas y fortalecerlas con nuevas evidencias, garantías y respaldos
Superación o no de las diferencias contextuales, para llegar a las consecuencias previstas de antemano
La complejidad y lo controvertido del tema que proponemos, lo cual representa una mayor dificultad en la defensa de nuestras tesis y argumentos
El grado de evidencias, de garantías y de respaldos
El grado de viabilidad de la tesis que propongamos, ya que puede darse el caso que nuestra propuesta sea viable o no lo sea dentro de un determinado contexto