camino que recorren juntos los miembros del Pueblo de Dios.
El gran desafío para la conversión pastoral que hoy se le presenta a la vida de la Iglesia es intensificar la mutua colaboración de todos en el testimonio evangelizador a partir de los dones y de los roles de cada uno, sin clericalizar a los laicos y sin secularizar a los clérigos, evitando en todo caso la tentación de «un excesivo clericalismo que mantiene a los fieles laicos al margen de las decisiones» principal
1
la espiritualidad de la comunión da un alma a la estructura institucional, con una llamada a la confianza y apertura que responde plenamente a la dignidad y responsabilidad de cada miembro del Pueblo de Dios»
El compromiso ecuménico recorre un camino que involucra a todo el Pueblo de Dios y exige la conversión del corazón y la apertura recíproca para derribar los muros de desconfianza que desde siglos separan a los cristianos entre ellos, para descubrir, compartir y gozar de las muchas riquezas que nos unen como dones del único Señor en virtud del único Bautismo.
desde la oración hasta la escucha de la Palabra y a la experiencia del recíproco amor en Cristo, desde el testimonio del Evangelio al servicio de los pobres y marginados, desde el compromiso por una vida social justa y solidaria a aquel por la paz y el bien común.
1
Elegir. Solo a la luz de la vocación aceptada es posible comprender a qué pasos concretos nos llama el Espíritu y en qué dirección debemos actuar para responder a su llamado.
Jesús que se presenta a si mismo como “el camino, la verdad y la vida “principal
el caminar juntos, en la celebración de la eucaristía y en la escucha de la Palabra, en la fraternidad de la comunión y en la corresponsabilidad y la participación de todos en la vida y misión según los distintos ministerios y roles”
1
La sinodalidad nos invita a sentirnos parte de la misión de la Iglesia, corresponsables del acontecer del Reino de Dios en medio de nuestras realidades.
Nos impulsa a caminar juntos teniendo como horizonte común la vivencia de la fe, la fraternidad, la escucha, la celebración y el compromiso en cada una de nuestras dimensiones, áreas, ministerios y roles específicos. Es promover la cultura del encuentro, del diálogo, de la comunión.
"el camino común", el camino por el cual podemos caminar juntos para tomar decisiones que realicen el Evangelio.
Reconocer. la mirada y la escucha. atención a la realidad de los jóvenes de hoy, en la diversidad de condiciones y contextos en que viven. Requiere humildad, cercanía y empatía, para entrar en armonía y percibir cuáles son sus alegrías y esperanzas, su tristeza y su angustia.
Interpretar. volver a lo que se ha reconocido utilizando criterios de interpretación y evaluación basados en una mirada de fe. juventud, vocación, discernimiento vocacional acompañamiento espiritual.