El segundo problema con el enfoque tradicional
En países como Japón y Corea, el sistema corporativo de bienestar ha tenido un papel
relevante en la “compra” de tranquilidad laboral en grandes empresas.
El ejemplo más importante a este respecto es la protección de ciertos “perdedores” en el proceso de desarrollo económico, como los pequeños agricultores
Estos gobiernos controlaron el consumo
suntuario no sólo por pensar que reducían el ahorro total y las divisas disponibles para
la importación de bienes de capital, sino porque consideraron que el ostentoso consumo suntuario dañaba la cohesión social por sus “efectos exhibicionistas”
Visto así, las funciones generalmente asociadas a las políticas sociales en otros países: apoyo a los más débiles (como pequeños agricultores y tenderos), tranquilidad
laboral, y social por extensión, etcétera, han sido desempeñadas en los países asiáticos orientales por instituciones y políticas que normalmente no son clasificadas como “sociales” ni “de bienestar social”.
los países asiáticos orientales son vistos como sociedades poco conflictivas por factores históricos como
una distribución más igualitaria del ingreso, homogeneidad étnica o hasta una cultura “asiática” intrínsecamente menos proclive a los conflictos.
Entre el fin de la Segunda Guerra Mundial
y el decenio de 1970,
La revolución comunista china, la guerra de Vietnam y la guerra de Corea (pese a lo discutible de ser una de las poblaciones más homogéneas del mundo), son algunos
de los incidentes más conocidos de conflictos violentos en la región,
Por ejemplo, durante 1955-1959, Japón perdió
254 días hábiles por millar de empleados, mientras el Reino Unido y Francia perdieron 220 y 180 días, respectivamente. Entre 1960 y 1964, Japón perdió 177 días por millar
de trabajadores, en tanto el Reino Unido y Francia registraron 146 y 197 días perdidos, respectivamente
Política social y desarrollo económico
la política social contribuyó positivamente a generar un rápido crecimiento económico y un desarrollo de las economías asiáticas orientales.
estimular el avance tecnológico, otra clave para el crecimiento económico.
Desde finales de los cincuenta, frente a la agitación de sindicatos comunistas y con la preocupación por el alto rendimiento laboral, las compañías japonesas comenzaron a
garantizar la seguridad del empleo al núcleo de su fuerza laboral
Aquí es importante destacar que esa sólo es una
práctica recién iniciada, y no un vestigio de la vieja cultura feudal, como algunos creen.
la experiencia evolutiva de Asia Oriental demuestra la importancia de la política social o, más ampliamente, de las instituciones y políticas que mejoran la unidad
social, alentando la acumulación de capital y el progreso tecnológico, las dos principales fuentes del desarrollo económico.
El futuro de la “política social” en Asia Oriental
el surgimiento de la ideología neoliberal a escala mundial generó dentro y fuera de los países asiáticos orientales opiniones crecientes en apoyo de una radical desregulación.
como la protección a pequeños comerciantes, se consideran como
proteccionismo encubierto, inaceptable en la nueva era de la globalización.
las restricciones a las grandes
tiendas de menudeo, son criticadas por reducir la eficiencia en los sectores agrícola y del
pequeño comercio.
Como resultado, ha habido llamamientos para una mayor liberalización y para el desmantelamiento de corporaciones y otras instituciones que los países asiáticos orientales han utilizado para mejorar la cohesión social.
el mismo auge económico de los países de
la región creó presiones de los países europeos y especialmente de Estados Unidos para que abrieran sus mercados, incluida la desregulación del sector minorista, que se percibía como un encubierto mecanismo proteccionista.
con el auge económico también llegaron crecientes grupos internos que pedían apertura y liberalización: ciertos sectores empresariales exigían liberarse de la intervención estatal; gente de clase media alta quería el estilo de vida y la escala salarial estadounidense, y algunos intelectuales radicales que (erróneamente) creyeron que la mayor fuerza del mercado debilitaría el poder de las intocables grandes empresas, y así sucesivamente.
Históricamente, como “estados fronterizos” de la Guerra Fría, la coalición socialdemócrata que podía apoyar un Estado benefactor hasta su madurez, no pudo desarrollarse en estos países.
En Corea no se permitía ningún partido con sólidos vínculos en los sindicatos o con tendencias socialdemócratas.
De tal predominio político derechista creció una sólida tradición contra el estatismo benefactor en Japón y Corea, al igual que en muchos otros países asiáticos orientales.
Dados todos los obstáculos políticos e ideológicos, es altamente improbable que en el corto y mediano plazos se pueda formar en los países asiáticos orientales una nueva coalición política que apoye un régimen de elevados impuestos para financiar a un generoso Estado benefactor.
A pesar de todo, estos cambios han sido lentos y no muy impresionante debido a la coalición política antibienestar y a las ideologías, lo que en efecto ha significado una creciente falla en atender los problemas “sociales”.
Conclusión
Ven la política social sólo como una “red de protección” para salvar a quienes caen en baches durante el proceso absolutamente necesario y generalmente provechoso de las “reformas”. No la toman como un componente importante, incluso hasta conveniente, de un proceso de desarrollo dinámico.
La experiencia de desarrollo del Asia Oriental muestra que el nuevo enfoque ortodoxo en la política social, está seriamente equivocado. De forma convencional, muchos comentaristas atribuyen el éxito económico de Asia Oriental a la tenaz consecución del crecimiento económico y el abandono de los problemas “sociales”.
En este documento se ha demostrado cómo los países asiáticos orientales han utilizado una amplia gama de políticas e instituciones para atender los problemas “sociales” y cómo contribuyeron a generar grandes inversiones y rápido avance tecnológico por diversos canales.