El universo.

Es el origen del universo, ocurrió hace unos quince mil millones de añor y consiste en una gran explosión que produjo la expansión de la materia. El universo y todo su contenido estaba formado por un único punto muy denso y muy caliente debido a su compresión que llegado el momento, se descomprimió y comenzó a expandirse. A medida que esto ocurría, la densidad y temperatura del universo comenzaron a disminuir y las partículas de la materia comenzaron a agruparse hasta formar núcleos de hidrógeno y helio. El universo se sigue expandiendo y gracias a la fuerza gravitatoria comienza a formarse agrupaciones de estrellas, esto ocurre mil millones de años después del big bang, el universo comenzo a presentar un aspecto uniforme con espacios vacíos, y actualmente sigue expandiéndose y continuará haciéndolo indefinidamente.

A partir de estos núcleos de helio e hidrógeno se formaron el resto de elementos químicos gracias a diferentes procesos de fusión de sus núcleos en diferentes condiciones.

Los astros emiten radiaciones electromagnéticas d distinta índole, como son de mayor a menor los rayos gamma, rayos X, rayos ultravioleta, la luz visible, los infrarrojos y las ondas de radio. La energía de estas ondas es directamente proporcional a su frecuencia, y gracias a ellas podemos obtener información sobre los astros y el universo en definitiva. Hazta el siglo XX solo se observó la luz visible, sin embargo, actualmente existen diferentes métoodos para el estudio de las radiaciones como bien son los radiotelescopios. Con ellos puede obtenerse información acerca de cuerpos oscuros que no emiten luz visible. También tenemos diferentes tipos de telescopios, que van desde el anteojo astronómico utilizado por Galileo, que combinaba diferentes lentes para observar satélites de otros planetas de nuestro sistema, estrellas de poca luminosidad y otros cuerpos celestes, hasta los más actuales, basados en el telescopio de Newton que utilizaba principalmente espejos cóncavos para obtener mayores aumentos, que hoy en día llegan a medir más de 10 metros de diámetro y se encuentran seccionados. Para conseguir observaciones nítidas es necesario situar los detectores electromagnéticos fuera de la atmósfera en salélites artificiales, lanzaderas y estaciónes espaciales. Para ello existen las sondas espaciales, que incorporan estos y otros instrumentos de obsevación. Ya se están estudiando otros planetas como es Marte desde su superficie utilizando Vehículos robot, lo que supone un gran avance y la obtención de gran cantidad de información útil que luego es procesada en la Tierra.