Fast Fashion

Término utilizado para referirse a las grandes colecciones de ropa que siguen las últimas tendencias de la moda y que han sido diseñadas y fabricadas de forma acelerada y a bajo costo.

Con la proliferación de la cultura pop y las redes sociales se ha creado un culto al consumismo donde las marcas reconocidas en la industria de la moda como H&M, Zara, Top Shop, Primark, Mango, y Forever 21 son las grandes beneficiadas.

Ya no se trata de la oferta de prendas, sino de una forma de consumo que cada vez se acentúa más, en la cual las prendas y tendencias cambian a la misma velocidad con la que cambian los gustos de los consumidores.

Además están los impactos ecológicos típicos de la industria, como el alto consumo de recursos naturales e insumos químicos y la generación de vertimientos y emisiones.

Según el World Resources Institute -WRI- producir una camisa de algodón consume 2700 litros de agua que es la cantidad que un ser humano puede consumir en 2 años y medio.

También surgen preocupaciones de índole social y laboral, como los abusos a la mano de obra.

El documental 'The True Cost', que explora los perjuicios del fast fashion, revela que en el mundo hay unos 40 millones de obreros del textil, de los cuales el 85% son mujeres, muchas de ellas menores de edad, ganando dos dólares al día y bajo condiciones de trabajo inhumanas.

Soluciones

Producción local, reciclaje, reutilización de materiales y ampliación de la vida útil de las prendas son algunas de las soluciones que las marcas están implementando para combatir los efectos de la moda rápida.

Una de las acciones más importantes en términos de sostenibilidad de la industria fast fashion ha sido crear los acuerdos Sustainable Cotton Comuniqué y The Call to Action for a Circular Fashion System, en los cuales están algunas de las principales marcas de moda, como H&M, Inditex, Adidas, Nike y Levi’s.

Estos compromisos buscan que el 100% del algodón que consuman las marcas suscritas provenga de fuentes sostenibles a partir de 2025 y que adapten un sistema de economía circular -recoger, reusar y reciclar- en sus respectivas estrategias de negocio.

El reciclaje se ha convertido en uno de los estandartes de la moda sostenible. Por eso las principales empresas del sector han emprendido proyectos de investigación con institutos y universidades para desarrollar técnicas que permitan reutilizar fibras obtenidas de tejidos usados, redes de pesca y celulosa de madera proveniente de bosques certificados como sostenibles.

Desperdicio textil: un nuevo reto en la era del reciclaje

El "slow fashion", también conocido como moda lenta, ha ido ganando terreno en el sector. El concepto surge como la antítesis del fast fashion y está enfocado en una filosofía de consumo responsable, con una mayor conciencia de los compradores respecto al impacto que tiene la industria de la ropa sobre el medio ambiente y la sociedad.

Cada vez son más los consumidores que se preocupan por conocer el origen de la ropa que adquieren: dónde es fabricada, con qué materiales y por quién. Finalmente, el consumidor se ve inmerso en el proceso completo de elaboración de una prenda, desde que se diseña hasta que se compra.

Comprar ropa de segunda mano se ha vuelto también una mejor opción, muchas personas optan por comprar ropa de este estilo ya no sólo por el precio, sino también por el menor impacto ambiental que provocan.