LA EDUCACIÓN EN EL MÉXICO INDEPENDIENTE

La escasez de dinero afectó de varias maneras a la educación antes de la República Restaurada.

Los niños llegaban a compartir el mismo techo con compañeros poco deseables; en un pueblo, los presos ocupaban una parte del edificio, la escuela otra.

El distraer los fondos de instrucción pública para otros fines fue bastante común durante la primera parte del siglo.

La Compañía Lancasteriana, bajo el centralismo de Santa Anna, fue la primera organización que puso algún remedio a estas dificultades ya que logró, por lo menos sobre el papel, dos cosas: uniformar y centralizar la educación en toda la República, darle un solo reglamento y un solo método, y extender este sistema a todos los departamentos obligatoriamente.

Logró también dotar al sistema de fondos, cobrados a razón de un real por mes a cada jefe de familia, salvo en casos de notoria pobreza.

En la práctica, duró poco la Compañía como directora de educación primaria, y durante su breve actuación no cumplió con sus propias metas. Pero dejó un poderoso precedente y en algunas partes se formaron posteriormente juntas de instrucción pública que continuaron los métodos impuestos por la Compañía

Tampoco llevaba bien sus cuentas el gobierno. Un informe de 1861 indica que la junta de Instrucción Pública no había entregado cuentas en 14 años.

La Compañía Lancasteriana también fue criticada, porque no entregó sus estados financieros.

Se comprende que la organización de escuelas haya sido difícil en la provincia, dadas las características de los ayuntamientos. Sorprende, en cambio, encontrar situaciones desastrosas tan cerca de la capital.

Como la mayoría de las escuelas de esta época, un solo maestro enseñaba simultáneamente todos los niveles.

Incongruencia en el sueldo de los maestros.

La incomunicación subsistía en gran medida y los maestros apenas empezaban a gozar de cierta respetabilidad social.

La República Restaurada

La penuria tan marcada de los primeros años cedió a la disponibilidad de recursos, aunque limitados, que permitieron, junto con el esfuerzo del gobierno, maestros y padres de familia, dar origen al sistema de educación nacional.

La República Restaurada.

Nadie observó semejante perfección ni romanticismo en las escuelas elementales mexicanas de esos años, al contrario, todos lamentaban sus deficiencias

Manuel Baranda, joven abogado de Guanajuato, era ministro de Justicia y Negocios Eclesiásticos.