Agustín de Hipona, uno de los más grandes pensadores del cristianismo del primer milenio, nació en Tagaste y pasó gran parte de su vida en Hipona, al norte de África. Tras su conversión, se convirtió en obispo de Hipona y se dedicó a combatir diversas herejías como las de los maniqueos, los donatistas y el pelagianismo.
Las ideas platónicas o rationes rerum, están ahora radicadas en la mente de Dios como principios de creación y arquetipos o modelos de los seres creados, siendo superiores a “lo superior en el hombre o en el alma”.
Agustín niega que el acceso a la verdad se produzca a través del recuerdo o reminiscencia del alma: el alma descubre que las ideas están en ella como una luz que no emana de sí misma, sino de Dios.
Otro pensamiento que tenía San Agustín era el siguiente:El acceso a la verdad requiere que el hombre se desvincule del conocimiento sensible, mera contingencia y apariencia de ser, y se vuelque hacia el interior de sí mismo.
La verdad necesita interioridad y el yo se convierte en el lugar propio de la certeza, anulando así todo posible escepticismo.
En íntima dependencia con el pensamiento grecorromano, el hiponense reivindica la razón como única facultad capaz de alcanzar la verdad y superar el escepticismo, verdadero obstáculo para abrazar la fe y lograr la felicidad.
En su búsqueda de la certeza, el hombre ha de encontrar dentro de sí, en su alma, aquello que de permanente y necesario hay en las cosas: su inteligibilidad misma.
Biografía
Después de su conversión, fue obispo de Hipona, al norte de África y lideró una serie de luchas contra las herejías de los maniqueos, los donatistas y el pelagianismo.
fue el máximo pensador del cristianismo del primer milenio y, según Antonio Livi, uno de los más grandes genios de la humanidad, dedicó gran parte de su vida a escribir sobre filosofía y teología.
es un santo, padre y doctor de la Iglesia católica.
Nació en Tagaste, 13 de noviembre del 354-Hipona, 28 de agosto del 430.