Cambios que se están presentando en relación a la identidad de sexo y de género desde los teoricos modernos
Los teóricos modernos como Herbert Marcuse y Jacques Lacan han aportado perspectivas renovadas sobre la identidad de sexo y género. Marcuse critica la visión freudiana del Yo, el Ello y el Superyó, argumentando que estas estructuras no reflejan las condiciones de las sociedades industriales avanzadas.
Cambios que se están presentando en relación a la identidad de sexo y de género desde los teóricos modernos
Teoría QUEER
Es una teoría de género que comenzó en los 90 y defiende que tanto la orientación, como la identidad sexual, no son únicamente biológicas, sino que influye mas en ellas la cultura y la sociedad en la que te encuentres.
Fuss argumenta que la oposición hetero-homosexual constituye una normatividad establecida para las identidades sexuales, un orden cultural rígido en el que las diferencias sexuales son negadas y desplazadas para siempre.
Eve Kosofsky Sedgwick sostiene que el binarismo hetero-homosexual no sólo configura y estructura las identidades sexuales y las diferencias, sino que conforma categorías clave del pensamiento y de las culturas occidentales.
Diana Fuss sostiene que la heterosexualidad, cobra significación a partir de su opuesto, la homosexualidad; el fundamento sexual de la primera está enmarcado sobre una exclusión y represión de la segunda.
La teoría Queer engloba a todas las personas, es decir, los que se han sentido fuera de lugar al no poder posicionarse en hetero y homo, o femenino o masculino, incluye todas las prácticas que atrae la etiqueta “sexualidades desviadas”, ya que esta idea de continuo es la que la teoría Queer entiende como modelo.
La teoría Queer está en contra de la clasificación “hombre-mujer” o de la “heterosexual-homosexual”, porque entiende que no se es una cosa u otra, sino que puedes tender mas a una u otra.
La Sociología del Sexo
Jeffrey Weeks menciona que el sexo no es un asunto de deseos internos y de comportamiento personal, pero si es un terreno en el que las ideologías, las normas culturales y las instituciones se entretejen.
Giddens afirma que el feminismo y el movimiento de las mujeres, son cruciales para el proceso de democratización en la esfera del género, la sexualidad y la intimidad
Para Urlich Beck la individualización produce una nueva contingencia en el nivel del Yo, de la identidad y de la sexualidad. Menciona que el individuo individualizado se compromete en las relaciones, en el que el anclaje clave es la confianza.
Según Paul Amato y Alan Booth, en la actualidad las relaciones sexuales que se dan dentro y fuera del matrimonio adoptan un movimiento hacia la individualización, mediante la cual la formación de identidad y la sexualidad se convierten en menos dependientes de las tradiciones sociales y de las costumbres.
Feminismo y sexualidad
El género, dice Butler, no es la consecuencia del “Yo verdadero” o del “núcleo de la identidad sexual”, sino más bien es una cuestión de desempeño: el desempeño de un estilo corporal.
Butler sostiene que sexo y sexualidad son constituidos y reproducidos a través del cuerpo que actúa la producción de los cuerpos masculinos y femeninos; de los cuerpos lésbicos y gays; el cuerpo “sexy”; el cuerpo sano y saludable; el cuerpo anoréxico; el cuerpo hermoso.
Irigaray sostiene que “no hay posibilidad en absoluto dentro de la lógica de operaciones socioculturales actual, para una hija situarse a sí misma con respecto a su madre debido, hablando estrictamente, a que ninguna de las dos tiene un nombre, significado, sexo propio, ni puede ser ‘identificada’ con respecto a la otra”
Chodorow concibe a la identidad sexual masculina basada sobre una firme represión del amor maternal. El deseo de tener un hijo está, en parte, originado en la represión y en la distorsión del sistema de género común.
Nancy Chodorow, sugiere que no hay diferencias de personalidad entre un hombre y una mujer y que muchas características normalmente clasificadas como masculino o femenino tienden a ser diferenciados ambos entre una cultura y otra.
Foucault sobre la producción discursiva de la sexualidad
Foucault problematizó las concepciones globales de la sexualidad (tales como aquéllas representadas en las teorías psicoanalíticas, social constructivistas y feministas)
La sexualidad es un efecto final, un producto de nuestro monitoreo, discusión, clasificación, ordenamiento, registro y regulación del sexo.
El inconsciente no es un lenguaje vacío, pues el inconsciente es una palabra, no es un idioma, más que la represión del sexo, el poder opera, mediante la producción discursiva de la sexualidad y de los sujetos de “naturaleza sexual”.
el sexo es el elemento más especulativo, el más ideal y el más interno en un desarrollo de la sexualidad. El ser humano es “no sexuado” en cualquier sentido significativo previo a su constitución. Rechaza la tesis de la represión sexual.
Foucault argumenta que la idea del sexo como origen, como base, o como algo dado para la identidad y las relaciones sociales es en sí misma resultado de un régimen discursivo de la sexualidad.
Foucault buscó desarrollar un enfoque radicalmente diferente para analizar la cultura de la sexualidad, el deseo y la identidad sexual. se aprecia un rechazo al supuesto modernista de que el sexo debería comprenderse como un fundamento natural o biológico sobre el cual se agrega una impresión de “sexualidad” y “género”.
Jaçques Lacan
La teoría lacaniana buscaba responder a los impasses en los que se encontraba el psicoanálisis para dar cuenta de la psicosis.
Lacan critica las tendencias conformistas de la terapia psicoanalítica.
Fue particularmente crítico de la psicología del Ego. Se enfoco en reorientar lo que es psicoanálisis de Freud, pues consideraba que había un desvío, cayendo en una lógica a veces biologicista, u objetivadora de la realidad.
Según Lacan el "inconsciente " es estructurado como un lenguaje". Y el lenguaje que domina la psique es el de la sexualidad -compuesto de fantasías, sueños, deseos, placeres y ansiedades.
Herbert Marcuse
Interpreta revolución sexual, como forma de poder y de dominación.
Marcuse está de acuerdo con la civilización-represión, pero no comparte con Freud su pesimismo de que la promesa de una gratificación superior necesariamente solo constituya una ilusión que procura disimular que la intensificación del progreso, lejos de acercar al ser humano a la consecución del goce, se acompaña inexorablemente de una intensificación de la falta de libertad y de una mayor hostilidad entre los seres humanos.
Para Marcuse el individuo ya no responde al Yo, el Ello y el super Yo, ya que este no corresponde sobre las condiciones de las sociedades industriales avanzadas.
se mantiene un cambio socio-sexual, donde se quiere mantener un acercamiento entre la cultura y la naturaleza, frente a esto y en comparación con la teoría freudiana sostiene una conectividad más abierta a la comunicación emocional, de la madurez de la intimidad y una reconciliación de la felicidad con la razón. Así como también la relevancia y reconciliación del individuo con el todo; del deseo con la realización; de la felicidad con la razón.
(Elliot, 2009)
Freud y el Psicoanálisis
la teoría psicoanalista estudia desde lo perjudicial, hasta el deseo y lo objetivo, enfocándose en la necesidad de reformar el pensamiento frente a la sexualidad y la identidad, buscando desde las mismas experiencias vividas el desarrollo de una personalidad frente a la sexualidad.
Según Freud desde su teoría, los conflictos, las represiones y las situaciones dolorosas juegan un papel importante en los orígenes y desarrollo de la personalidad.
Fomentan una crítica social donde se focalizan en la fantasía y en el deseo, en la "naturaleza interna" o los aspectos representacionales de la subjetividad humana.
Freud descubrió que la sexualidad de las personas es la misma que interviene en la salud, la patología y también en las personas sobresalientes.
Freud concibe al sujeto como sujeto del deseo, es decir, desde la primera experiencia de satisfacción el ser humano queda constituido como el sujeto del deseo
La sexualidad está presente desde el inicio de la vida humana y construye el psiquismo de una manera fundamental, no solo de identidad de género, sino también la forma como la persona se va relacionando con la realidad.