La ciudadanía se entiende como la relación jurídico-política que vincula a una persona con un Estado, otorgándole derechos y deberes. Esta noción ha evolucionado a lo largo de la historia, con raíces en las antiguas civilizaciones de Roma y Grecia, donde la ciudadanía estaba restringida a ciertos grupos, excluyendo a extranjeros, mujeres e hijos.