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af Evora Evora 4 år siden

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La Tirania de la "Felicidad"

La Tirania de la

La Tirania de la "Felicidad"

Algunas cosas que nos pueden ayudar:

>Escuchar a tus emociones por escrito >Practicar relajación, meditación y mindfuldness >Hacer deporte y cuidar nuestra salud física

No “tapes” tus emociones detrás de unas gafas de color rosa

¿Por qué?
A veces intentamos compensar nuestros sentimientos negativos intentando «centrarnos en lo positivo» y forzamos también lo positivo para «tapar» lo negativo. Como si en un día de lluvia dibujáramos un sol en la ventana y nos lo quisiéramos creer

¿Cómo gestionar las emociones «Negativas»?

No las «gestiones» buscando someterlas a tu voluntad: escúchalas y acéptalas.
>Reconocer la emoción y aceptarla >Acepta la emoción, no «luches contra ella» permítete sentirla y escúchala, pregúntate ¿qué me quiere decir este sentimiento? ¿cuál es su finalidad? ¿qué me está contando? Acepta lo que te dice. >Hablar con nosotros mismos, y actuar desde la templanza

Nuestras reacciones buscam algo que consideramos que será bueno para nosotros.

Como
La tristeza a su vez también se manifiesta ante una frustración, un sentimiento de pérdida o indefensión.

Muchas veces queremos «sacudirla», distraernos, hacer cosas para estar mejor, no nos permitimos sentir: «no llores», «no estés triste», «¡venga anímate!», etc. No hay mejor manera de prolongar la tristeza que intentando «no estar tristes».

la rabia es una reacción ante una frustración, algo que nos daña o causa malestar: nos prepara al «ataque», y nos está avisando que nos sentimos frustrados o atacados.

El problema es no dejar que pase, aguantarla, mantenerla reprimida, recrearnos en ella y alimentarla, pues se convierte en rencores y bloqueos que no nos dejan avanzar

Por lo que las emociones no son «malas» en sí, el problema suele estar en lo que hacemos frente a ellas: si queremos «no sentirlas», «evitarlas» o reprimirlas es cuando pueden surgir problemas

El miedo que busca protegernos de un posible daño, nos previene.

Pero

a veces, si este miedo perdura y toma excesivo peso y puede acabar por paralizarnos, bloquearnos. Entonces no deja que seamos nosotros mismos, nos resta toda espontaneidad, convirtiéndose en un padre sobreprotector que no nos deja hacer nada.

Vivimos en una sociedad en la que parece que el estado ideal es «ser feliz», ver todo de manera positiva. Se niega la tristeza, se juzga el enfado o se quiere eliminar el miedo, pero estas son emociones básicas, están en nuestros genes: absolutamente todos los seres humanos las sentimos y tienen una función. Las redes sociales, la publicidad, nos venden una idea artificial de la felicidad.