af Brenda Mondragon 1 år siden
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Mere som dette
Mayor control del stock
Esta reorganización de los recursos del almacén y la empresa, centrada en los productos prioritarios permite una mejora notable del servicio, posibilitando mejores plazos de entrega, más agilidad en la preparación de pedidos y reducción de incidencias.
Servicio más eficiente
Con el método ABC se priorizan los productos más relevantes para la empresa, y por tanto se centran en ellos los esfuerzos y recursos de la compañía. Por lo tanto, una vez se categoricen los productos A, B y C, se podrán optimizar los costes de los productos menos importantes. Por ejemplo, reduciendo el stock de seguridad de la mercancía B y C.
Reducción de los costes
Las exigencias de control de inventarios que implica la puesta en marcha del método ABC, favorece que haya un mejor control del stock del almacén.
Facilita la gestión y la operativa del almacén
Con el sistema ABC se da prioridad y mejor ubicación en el almacén a aquellos productos que más carga de trabajo suponen en la operativa de la bodega, por lo que al agilizar los procesos operativos de estos productos principales la gestión diaria del almacén se vuelve más ágil y menos caótica.
Puedes segmentar cada producto a partir de ciertos criterios. Por lo general se usan los siguientes: * Clasificación por precio unitario * Clasificación por valor total * Clasificación por utilización y valor * Clasificación por aporte a utilidades
Clasificación por valor total en inventario:
Este sistema tiene en cuenta las unidades que se guardan en stock de cada referencia en el momento en que se realiza el cálculo. Usando este método, es frecuente que, a la hora de ordenarlos, los artículos queden en los límites entre categorías y sea más complejo determinar la clase a la que pertenecen. Además, la clasificación cambia de forma continua y esto hace necesario que se tenga que recalcular semanal o mensualmente para evitar que el sistema quede desfasado.
Clasificación ABC por utilización y valor:
Se trata del método más extendido a la hora de organizar el almacén. Considera como base del cálculo la demanda de las mercancías y el valor de las mismas. Este método va un paso más allá respecto a los anteriores: a pesar de que un producto sea relevante para el inventario por su alto valor, si este no se vende con frecuencia, no ocupará el espacio dedicado a referencias A en la instalación de almacenaje.
Clasificación ABC por costo unitario:
Las mercancías se ordenan dependiendo del nivel de inversión en inventario que se destina a cada una de ellas, es decir, a mayor costo de la mercancía, mayor atención se pone en la gestión del aprovisionamiento. Este enfoque resulta útil cuando se almacenan productos de muy distinto valor (no tanto cuando sus precios son similares).
Zona C: Poco importantes. Representan la mayoría de volumen de inventario pero son los artículos de menor valor. Requieren de poca supervisión.
Zona B: Con importancia secundaria. Son artículos de valor intermedio. Suelen ser entre el 20 y 30% y su valor se ubica entre 15 y 25% del valor total. No tienen las mismas condiciones que el inventario de Zona A, sin embargo se controlan sus existencias y los costos en sus faltantes. Son objeto de revisión para decidir si ascienden a la zona A o descienden a la C.
Zona A: Los más importantes. Están ahí por su costo elevado, nivel de utilización o gran aporte a las utilidades, en otras palabras son los artículos de mayor valor. Suele representar el 15% de todas las unidades, aunque su valor generalmente oscila entre el 70 y 80% del valor total del inventario. Reciben mayor atención que los inventarios físicos de otras zonas, como negociaciones para tener suministro constante, pronósticos de demanda más exactos, revisiones frecuentes, ubicaciones cercanas, mejores condiciones de almacenamiento, etc.