Entre 1928 y 1938, el movimiento conocido como el Círculo de Viena, liderado por figuras como Carnap y Reichenbach, tuvo una notable influencia internacional. Este grupo se destacó por promover el positivismo lógico, una corriente filosófica que rechazaba la metafísica y enfatizaba la explicación de procesos mediante términos físicos y científicos.