El texto aborda la compleja relación entre la alteridad y la representación, destacando cómo la hegemonía tradicional ha moldeado la percepción del "otro". Se menciona el existencialismo como un punto de inflexión que introduce la figura del "
Foucault y Deleuze proponen un platonismo invertido, es decir, sustituir el mundo de las esencias, inmutables y eternas, por lo singular, lo contingente. Instaurar una mirada más comprensiva de lo real, del mundo, del tiempo.
Los Objetos
Se arman estrategias de modo tal que la conciencia alterada por el cambio y duración, se vuelcan sobre los objetos en busca de fijeza. Los objetos tienen que ofrecerle a esa conciencia la fijeza que no pueden tener.
Subjetividad
La verdad es la subjetividad, atravesada por la angustia, "el temor y el temblor" y la paradoja.
Subversión de lo otro
Se ve afectada la concepción del otro y del encuentro con ese otro cuando los paradigmas hegemónicos proponen una concepción esencialista. Creemos que en la antítesis contemplamos el estallido de la subversión de lo otro.
Alteridad y Ajenidad
Alteridad y ajenidad plantean, de modo diferente, el límite con el otro. Y que a partir del existencialismo, aparece el "otro".
La Alteridad
Laplanche señala que ante la alteridad del otro, los recursos defensivos son la regeneración de la diferencia y destrucción. Pero la alteridad interna es la raíz de la angustia ante la alteridad externa.
La Historia
La historia no es sólo la historia de las representaciones, sino de las prácticas de subjetividad.
La Representación
Debe reconocerse que ha habido un uso hegemónico de la representación (logos) como producción intensiva de objetividad y como otorgadora de sentido.