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af Kinberly Quispe 2 år siden

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“Tan bueno es el español de España como el de Perú”

En el ámbito de la lengua española, es fundamental reconocer la diversidad y riqueza de sus variantes. Este idioma, que tiene sus raíces en el latín y evolucionó a través de invasiones y reconquistas en la Península Ibérica, se ha expandido ampliamente, dando lugar a una de las mayores comunidades lingüísticas del mundo.

“Tan bueno es el español de España como el de Perú”

Ya hemos mencionado que dentro de una misma lengua se producen variedades, el idioma no es igual en todas partes ni en todas las épocas. Debemos recalcar que no hay un castellano mejor que otro, tan bueno es el español de España como el de Perú, México, Chile, Uruguay, Argentina, Colombia, etc.

“Tan bueno es el español de España como el de Perú”

¿Cuál es la importancia de los niveles del habla?

Cabe aclarar que hay variantes en una misma lengua –es utópico hablar de una lengua única- y que la lengua castellana no es uniforme. Hay variantes diastráticas o sociales que dependen de la edad, del sexo, de la situación social o profesional. Son los diferentes niveles lingüísticos que por cultura poseen los hablantes: nivel superior o lengua culta, nivel medio o lengua familiar, nivel popular empleado en ambientes de poca cultura y la jerga o lengua marginal; y, por último, variantes diafásicas o registros que obedecen al contexto o situación comunicativa. No le hablamos igual a nuestro sobrinito de cinco años que a nuestro gerente de la empresa o compañía donde trabajamos, al policía, a nuestros padres o a nuestro mejor amigo, etc.

¿Dónde radica la riqueza del español?

En su pluralidad de significaciones. Una palabra no solo tiene varias acepciones (por ejemplo, Lima puede ser la fruta, la capital del Perú o el instrumento para pulir); sino que el significado de las palabras también puede cambiar por áreas geográficas. Por ejemplo, la palabra “chibola” o “chibolo” en Perú hace alusión a una persona que está en la niñez; en El Salvador, por otra parte, designa a la gaseosa o la canica. El significado de las palabras cambia acorde con los contextos comunicativos Por eso hay que tener mucho cuidado en la elección de las palabras y en el modo de organizar estas unidades básicas del idioma porque la riqueza de un idioma depende del modo cómo lo hablan y utilizan las personas nativas

¿Es el español que se habla en España, nuestra lengua oficial?

Nosotros somos seseantes porque en lugar de utilizar el fonema interdental fricativo sordo /./ (el sonido de la letra “z”), empleamos el fonema fricativo alveolar sordo /s/ (el sonido de la letra “s”); por tanto, si pronunciamos “caza” y “casa” no hay diferencia alguna en la oralidad, mas sí en la escritura, tendríamos palabras homófonas (suenan igual), pero no homógrafas (se escriben diferente)

¿Hablamos español o castellano?

El nombre de castellano ha sido dado por tradición, por haber nacido en el reino de Castilla. Recordemos que el castellano, desde una perspectiva diacrónica, es un dialecto del latín llevado a la Península por los conquistadores romanos. Este evolucionó primero por las invasiones de los pueblos germanos; y, después, por las invasiones de los musulmanes para luego consolidarse en los últimos tiempos de la Reconquista. Se extendió con la monarquía castellana por la península Ibérica y por los territorios del Nuevo Mundo, lo que dio lugar a una de las comunidades lingüísticas más pobladas de la Tierra.

¿Cuán importante es usar un lenguaje culto?

Sirve como punto de referencia para la corrección y para la estabilidad del idioma. [...] En el Perú por tradición se ha considerado que la norma estándar es el castellano limeño del nivel culto. Por lo general es así, los estándares hispánicos corresponden a las capitales de los países en los que se habla español. Es importante, asimismo, no confundir norma con reglas ortográficas o gramaticales: la norma la impone la comunidad lingüística; de este modo, un diccionario o un manual de gramática se consideran válidos cuando son fieles a la realidad de la lengua en el nivel culto del grupo al que corresponden.