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von Ricardo Mena Vor 1 Jahr

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Fe o buenas obras

La relación entre la fe y las obras es crucial en la vida cristiana, como se ejemplifica en la Carta de Santiago. La fe sin acciones se considera muerta, ya que la verdadera fe se manifiesta a través de obras concretas y coherentes.

Fe o buenas obras

Conclusión

1.- Las buenas obras son una forma valiosa de poner en práctica los valores éticos y morales que promueven el bienestar de todos.




2.- Realizar buenas obras no solo beneficia a los demás, sino que también enriquece nuestra propia vida al cultivar un sentido de propósito y satisfacción al contribuir positivamente a la sociedad.

Fe o buenas obras

Santiago 2:14-26.


Que son buenas obras


En el contexto cristiano, las buenas obras son a menudo consideradas como una manifestación tangible de la fe. Jesús enseñó y enfatizó la importancia de amar y servir a los demás, y muchas enseñanzas bíblicas instan a los creyentes a llevar a cabo buenas obras como una expresión de su


fe en acción.

Que es la FE



"Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve". Esto resalta la naturaleza confiada y segura de la fe, incluso cuando no tenemos pruebas tangibles.

La Fe sin obras es muerta

Rahab: La fe que salva (Versículos 25-26)

25 Otro ejemplo es Rahab[f], la prostituta. Fue aprobada por Dios por lo que hizo cuando recibió a los mensajeros de Dios en su casa y luego los ayudó a escapar por otro camino.

26 De manera que así como un cuerpo que no tiene espíritu está muerto, así también una fe que no tiene hechos está muerta.


Abraham: Un ejemplo de fe en acción (Versículos 18-24)

18 Pero alguien puede decir: «Unos tienen fe, otros hacen buenas obras». Mi respuesta es que tú no puedes demostrarme que tienes fe si no haces nada. En cambio, yo te demuestro mi fe con las buenas obras que hago.

19 ¿Crees que hay un solo Dios? ¡Qué bien! Pero los demonios también creen que hay un solo Dios y tiemblan de miedo.

20 No seas tonto, la fe sin hechos no sirve para nada. ¿Sabes por qué?

21 Nuestro antepasado Abraham consiguió la aprobación de Dios por medio de sus hechos cuando ofreció a su hijo Isaac en el altar.

 22 Ahora puedes ver que la fe de Abraham iba de la mano con sus hechos. Su fe se perfeccionó con el bien que hizo. 

23 Es así como se cumplió lo que dice la Escritura: «Abraham creyó a Dios, quien tomó en cuenta la fe de Abraham como si hubiera realizado algo muy bueno y lo aprobó».[d] Por esa razón, Abraham fue llamado «amigo de Dios».[e

24 Como puedes ver, Dios aprueba a un hombre no solamente por la fe que tenga, sino también por lo que haga.

El autor nos lleva al ejemplo de Abraham, quien creyó en Dios y su promesa.

La fe de Abraham se demostró a través de su disposición a ofrecer a Isaac como sacrificio, mostrando su obediencia total a Dios.

Su fe y obras estaban en perfecta armonía, revelando que la fe verdadera siempre conduce a acciones coherentes.

Santiago 2:14-17

14 Hermanos míos, ¿de qué puede servir que alguien diga que tiene fe si no hace el bien

¿Lo podrá salvar esa clase de fe?

15 Supongamos que un hermano o hermana tiene necesidad de vestido o comida.

16 Llega uno de ustedes y le dice: «¡Que Dios lo bendiga, abríguese y aliméntese!» Sin embargo, si no le da lo que realmente necesita en ese momento, ¿de qué sirve?

17 De la misma manera, si la fe no está acompañada de hechos, así sola está muerta.



¿De qué sirve tener fe si nuestras acciones no la respaldan?

La fe genuina debe manifestarse en acciones concretas de amor y servicio hacia los demás.

La ilustración del hermano o hermana necesitado destaca la necesidad de pasar de palabras vacías a actos de compasión.