Las organizaciones inteligentes se caracterizan por evolucionar continuamente y seguir las cinco disciplinas propuestas por Peter Senge. Estas disciplinas incluyen los modelos mentales, que amplían la forma en que se percibe el mundo; el pensamiento sistemático, que analiza las relaciones dentro del sistema; el aprendizaje en equipo, promoviendo la coordinación y colaboración entre los miembros para alcanzar objetivos compartidos; la visión compartida, que unifica esfuerzos y minimiza diferencias para lograr metas comunes; y el dominio personal, que fomenta el crecimiento y la autodisciplina individual.