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von Diego Castillo Vor 7 Jahren

1943

LOS ORÍGENES DE LA REVOLUCIÓN RUSA

A principios del siglo XX, Rusia se encontraba bajo el régimen zarista, donde no se reconocían libertades políticas ni derechos individuales, y los opositores eran perseguidos por la policía política.

LOS ORÍGENES DE LA REVOLUCIÓN RUSA

LOS ORÍGENES DE LA REVOLUCIÓN RUSA

Las revoluciones de 1917 y la guerra civil en Rusia

El impacto de la Revolución Rusa
Destacó la Revolución espartaquista, que trataron de imponer un régimen comunista en Alemania, que fracasó.
Muchos liberales occidentales pensaron que los sóviets tendrían una vida corta y los simpatizantes bolcheviques creyeron que era el prólogo de revoluciones socialistas.
La Revolución Rusa tuvo un impacto comparable a la Revolución francesa.
La guerra civil y el comunismo de guerra
Durante esta etapa se sentaron las bases del nuevo Estado: las decisiones las tomaron los bolcheviques, que se llamaron Partido Comunista. El resto de partidos fueron prohibidos y se instauró una dictadura comunista.
Se adoptó para abastecer el frente y las ciudades durante la guerra una política económica conocido como comunismo de guerra.
Los partidarios del zarismo y los defensores del sistema liberal intentan acabar con la Revolución y crean el Ejército blanco, los bolcheviques el Ejército rojo, estos se enfrentan en una guerra civil (1918-1921) que acabó con la victoria del Ejército rojo.
La Revolución de Octubre de 1917
Se creó el primer Gobierno bolchevique presidido por Lenin que negoció la salida de la guerra (Tratado de Brest-Litovsk) el 3 de Marzo de 1918. Repartió la tierra a los campesinos, el control de las fábricas por los trabajadores, y el derecho a la soberanía de los pueblos de Rusia.
El 24 de Octubre de 1917, Lenin se instaló en la sede del sóviet de Petrogrado. El día 25 los sóviets asaltaron el Palacio de invierno y detuvieron al Gobierno provisional. La Revolución había triunfado.
El fracaso del Gobierno provicional
En Septiembre el Gobierno provisional se enfrentó a un golpe de Estado liderado por Kornilov.
Las derrotas en la guerra y descontento de la población civil provocaron la insurrección popular en Julio en Petrogrado.
Los sóviets crecieron y Lenin planteó un programa plasmado en las Tesis de Abril, cuyos puntos eran:

Entrega del poder a los sóviets.

Las fábricas controladas por los comités de obreros.

Redistribución de la tierra.

Retirada de la guerra.

El Gobierno decidió que Rusia siguiera en la guerra.
La existencia de un doble poder (Gobierno provisional y sóviets) creó inestabilidad política.
La Revolución de febrero de 1917
Los sóviets eran controlados por los bolcheviques, que pedían:

Reconocer las minorías nacionales.

Reparto de tierras entre campesinos.

La salida de Rusia de la guerra, mejor vida para los obreros.

Obreros, campesinos y soldados formaron sóviets, tenían milicias armadas (Guardia Roja).
El zar abdicó.
La Revolución de 1917 comenzó tras la manifestación del 23 de febrero en Petrogrado con el lema "paz y pan". El 25 estalló una huelga general, las tropas se negaron a disparar contra los huelguistas. El día 27 se creó un Gobierno provisional donde el socialista Kerensky era el más destacado.
En 1914 Rusia entró en la Primera Guerra Mundial. Las derrotas en el frente y los desabastecimientos en la retaguardia provocaron huelgas y manifestaciones, reprimidas con gran dureza.

La Revolución de 1905

El zar incumplió sus compromisos y gobernó sin contar con la Duma.
La principal fue la elección por sufragio universal masculino de una Duma.
El zar se vio obligado a hacer algunas concesiones que se recogieron en el Manifiesto Imperial.
La oleada de protestas y huelgas duró varios meses, Campesinos y obreros se agruparon en sóviets (consejos o asambleas populares).
La respuesta de las autoridades fue una violenta represión causando muertos y heridos. A este día se le conoce como Domingo Sangriento.
La Revolución se desencadenó el 9 de enero cuando las masas populares fueron al Palacio de invierno en Sans Petersburgo, residencia del zar, para hacerle llegar sus peticiones. Los manifestantes no pretendían destruir el zarismo, sino mejorar sus condiciones de vida y reformar sus políticas.
Se produjeron disturbios por el descontento de la derrota y por la crisis económica que se vivía.
En el 1905 el Ejército zarista fue derrotado por las tropas japonesas en una guerra motivada por los intentos rusos de expansión en Asia.

La Rusia zarista a principos del siglo XX

En los últimos años del siglo XIX existían distintas fuerzas políticas clandestinas opuestas al zarísmo:
Partido Obrero Socialdemócrata Ruso

De ideología marxista, se dividió en 1903 en dos grupos:

Los bolcheviques:

Radicales liderados por Lenin, rechazaban cualquier colaboración con el sistema burgués y querían implantar la dictadura del proletariado.

Los mencheviques:

Moderados y partidarios de colaborar en un régimen liberal de transición al liberalismo.

Partido Constitucional Demócrata

Querían derrocar al zarista y convertir Rusia en monarquía constitucional.

Partido Socialista Revolucionario

Pensaban que la fuerza revolucionaria era el campesinado y defendían la colectivización de las tierras. Su líder era Kerensky.

A finales del siglo XIX se inició una tímida industrialización. El proletariado creció por la instalación de industrias pesadas y construcción del ferrocarril. La burguesía empresarial era escasa porque este desarrollo dependió de capital extranjero y de la iniciativa del Estado.
La economía seguía siendo agraria. El 80% de la población eran campesinos. En el campo se mantenía una estructura feudal de la propiedad, las herramientas eran muy rudimentarias y con productividad baja. Por ello, el campesino vivía en la miseria.
No se reconocían las libertades políticas ni los derechos de las personas, los opositores eran perseguidos por la policía política.
Una monarquía absoluta en la que el zar, Nicolás II desde 1894 concentraba el poder supremo del Estado para gobernar se apoyaba en la nobleza, Iglesia ortodoxa, el Ejército y la burocracia. Aunque existía un Parlamento, llamado Duma, sus poderes eran limitados, el zar podía convocarlo o disolverlo.
A principios del siglo XX, Rusia seguía anclada en el Antiguo Régimen.