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von FRANCY ADRIANA ROMERO LOPEZ Vor 3 Jahren

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Los primeros años de vida son fundamentales para el desarrollo de habilidades de lectura y escritura en los niños. Estos procesos iniciales son esenciales para convertir a los niños en lectores y escritores competentes.

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Importancia de la lectura y escritura en los primeros años de vida de los niños

La lectura y escritura se facilitan cuando se tiene ideas previas del tema, si mayor es el conocimiento lingüístico, social y cultural, se tendrá una buena comprensión de la lectura y escritura

Los procesos de lectura y escritura en los primeros años de vida de los niños influyen mucho para llegar a ser buenos lectores y escritores.

El proceso de la lectura
Desde hace tiempo, se viene hablando de la importancia de leer con una buena comprensión. Esta afirmación supone una situación en la que es posible leer sin comprender, que se deriva de un enfoque de lectura como proceso mecánico en el que se trabaja en la decodificación de letras y su adecuada sonorización, asumiendo que, una vez los niños tengan la técnica, podrían iniciarse en el manejo de la comprensión de lo que leen. Guzmán, Ruíz y Jaramillo, 2018, p. 49

En la lectura intervienen dos tipos de información: la visual y la no visual, que están en relación inversamente proporcional: cuanta más información no visual se tenga, menor información visual se requiere, y viceversa. (Guzmán, Ruíz y Jaramillo, 2018 , p. 51)

Relación entre los aprendizajes incidentales que se dan en el medio social y la alfabetización inicial
Cuando los niños llegan a la institución educativa, ya han recorrido un camino en el proceso de construcción de la lengua escrita, que será más o menos largo, según la edad de cada uno y el entorno en que vive. Vale la pena señalar que, incluso cuando los niños ya han ingresado a la institución, estos procesos de relación con la lengua escrita de su entorno siguen dándose, a pesar de que se ignoren en el aula y no sean retomados. Tal proceso se conoce como alfabetismo emergente y se diferencia de la alfabetización. Mientras este último alude al proceso de enseñanza intencional y sistemática con el objetivo de que el niño aprenda a leer, el primero hace referencia a lo que sucede espontáneamente en un medio social letrado; puede darse, incluso, en el jardín. Guzmán, Ruíz y Jaramillo, 2018, p. 46

El término alfabetismo emergente hace referencia a “las maneras como se van complejizando las capacidades y las habilidades de escuchar, hablar, leer y escribir” (que incluye también la capacidad de resolver conflictos), con propósitos tales como “comunicar, aprender, disfrutar, crear, imaginar, participar, entre otros” (Flórez, Restrepo y Schwanenflugel, 2007, p. 17). Guzmán, Ruíz y Jaramillo, 2018, p. 47

El alfabetismo emergente se diferencia de la alfabetización, pues el primero es un proceso paulatino, constante, que se desarrolla desde el nacimiento del niño, que hace parte del ambiente y la cultura que lo rodea, mientras que el segundo se refiere al proceso escolarizado de aprendizaje formal de la lectura y la escritura. Guzmán, Ruíz y Jaramillo, 2018, p. 47

Continuación del proceso de enseñanza de la escritura para promover nuevos avances.
Los niños después de ser alfabéticos se enfrentan con otras preguntas de orden cognitivo y lingüístico relacionadas con la escritura. Todos los profesores de segundo grado en adelante deben ocuparse de continuar enseñando a escribir, ayudando a los niños a resolver nuevos interrogantes. Guzmán, Ruíz y Jaramillo, 2018, p. 40

Durante el ejercicio de producción de textos, se insiste en la importancia de desarrollar las habilidades que son fundamentales para escribir como: La planeación, que es “el conjunto de ideas que el escritor construye con el fin de lograr el objetivo del texto” (Flórez, Arias y Guzmán, 2006, p. 34). Esta fase permite flexibilidad, es decir, puede modificarse o acomodarse de acuerdo con las necesidades y la intención de quien escribe; se elabora un esquema de lo que se quiere escribir. La fase de transcripción, que se refiere a “la versión puesta sobre el papel de lo que se quiere escribir” (Flórez et al., 2006, p. 34); quiere decir que en esta fase se acomodan las ideas ya formuladas en la fase de planeación. Finalmente, la fase de revisión “se da con la visualización de los ajustes para dar fin a una revisión general en todos. Guzmán, Ruíz y Jaramillo, 2018, p. 41

Construcción de la lengua escrita en los niños
Las investigaciones de Ferreiro y Teberosky (1979) muestran tres tipos de código gráfico utilizado por los niños en el inicio del proceso de aprendizaje de la lengua escrita: “múltiples trazos, carácter único y número limitado de caracteres” (p. 184); el primero y el segundo se presentan como característicos de los niños más pequeños, mientras que el tercero muestra una escritura más evolucionada en niños más grandes que han tenido mayores oportunidades de acercamiento a la escritura. De igual manera, las mismas autoras refieren los niveles en la construcción del sistema de escritura. Guzmán, Ruíz y Jaramillo, 2018, p.18

Durante el proceso de construcción de la lengua escrita, a los niños se les presentan conflictos cognitivos que requieren ser resueltos con la ayuda de un adulto. Parte de la tarea del profesor es saber reconocer estos conflictos para no confundirlos con errores y saber cómo ayudar a los niños a resolverlos. Guzmán, Ruíz y Jaramillo, 2018 , pag.19

Introducción En los primeros años se da la construcción de la lengua escrita, en este proceso influyen factores como: el entorno en el que viven los niños, la edad, el reconocimiento y comprensión que hacen los docentes de las bases que llevan los niños sobre lectura y escritura al llegar a las aulas de educación inicial. El inicio de la alfabetización no es un punto de partida, sino un punto de llegada, pues los niños no llegan a esta fase con la mente en blanco, ya traen un conocimiento previo que han adquirido del entorno en el que viven (familiar, social, cultural), este aspecto se conoce como alfabetismo emergente; lo adquieran los niños en sus primeros años de vida.

Es muy importante que los niños y las niñas desde que nacen se desarrollen en entornos que alimenten su proceso de conocimiento y acercamiento a la lectura y escritura