von Jadhe Diaz Vor 2 Jahren
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El educador puede aplicar diferentes técnicas que van desde el mando directo a la libre exploración.
El papel del educador es el de proponer ambientes, objetos, materias, temas generales de búsqueda, dejar a los niños explorar ellos mismos todos los elementos.
En un ambiente debidamente preparado para las capacidades de los niños, el interés por participar aparece espontáneamente y los niños se comprometen libremente en la realización de acciones que son agradables.
La evaluación, directamente relacionada con la observación, es un momento más del proceso formativo.
La observación también es buena para revisar todos los elementos de enseñanza y aprendizaje susceptibles de ser evaluados.
Es importante percibir a un niño en términos positivos. Estar convencidos de sus posibilidades y hacérselo notar mediante valoraciones adecuadas.
Las tendencias psicopedagógicas y las teorías actuales relativas al aprendizaje temprano muestran un especial interés por los efectos que producen los estímulos de la circunstancia ambiental en el desarrollo infantil.
El maestro debe ser consciente de que determinada estructura del aula favorece las actividades.
El ambiente en donde se encuentra el niño es importante para su desarrollo en general.
Tienen especial importancia los esfuerzos encaminados a que el niño viva relaciones satisfactorias y eso conlleva afectividad, confianza, seguridad, desinhibición y participación activa.
La organización de situaciones o tareas adaptadas a las posibilidades del niño facilita el éxito.
Hay que confiar en el niño, en sus dotes para crecer, en su proceso natural de desarrollo, como alguien capaz de aprender y evolucionar en interacción con la realidad circundante.
La educación entendida como formación quiere evitar todo condicionamiento intelectual y quiere partir del mismo niño, aceptándolo tal como es, en su globalidad emotiva.
Todo educador debe: aceptar incondicionalmente, atenuar dificultades, satisfacer necesidades, comprender y dar seguridad.
Crear un clima o ambiente de confianza y seguridad, además adaptar la forma de enseñar a las características de cada niño.
El niño cuando va a la escuela se encuentra con muchos elementos exteriores que influyen decisivamente en su forma de ser (Personalidad).
También los diferentes aspectos, movimiento, emoción y pensamiento, están en continua interrelación y dinamismo, constituyendo la esencia de la persona.
Dar la oportunidad al niño que realice una actividad motriz contextualizada y que se adapte a sus necesidades reales, hacerlo de una manera metódica y progresiva, es indispensable para su desarrollo global.