por Tania Vazquez hace 3 años
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El preoperatorio se divide en dos fases:
Inmediato: Desde las 2-4 horas antes de la intervención hasta la sala de operaciones.
Asegurarnos de que la canalización de la vía periférica está permeable, haciendo especial interés en que esta sea de un calibre adecuado para la cirugía a realizar.
Colocar al paciente los elementos necesarios para la intervención, como gorro quirúrgico, bata especial. Además de realizar la cura de las heridas, poniendo vendajes limpios.
Comprobar nuevamente que la historia clínica del paciente este completa, con los consentimientos quirúrgicos necesarios firmados y las pruebas correspondientes.
Identificar al paciente con su nombre completo, número de habitación y de cama, y servicio en el que se encuentra.
Comprobar que el paciente ha mantenido la ayuna prequirúrgica.
Controlar los signos vitales.
Administrar medicamentos prequirúrgicos según indicación médica: antibióticos, sedantes, analgésicos.
Mediato: Desde que el paciente decide intervenirse hasta 12 horas antes de la intervención.
Informar al paciente sobre las horas de ayuno previas a la cirugía, indicándole la hora límite a partir de la cual no debe consumir ningún alimento por boca.
Pedir al paciente que se realice aseo mostrando especial interés en zonas de pliegues. En el caso de paciente encamado, realizar el aseo en la cama.
Revisamos la historia clínica del paciente y comprobamos que se encuentren todas las pruebas necesarias, resultados de análisis de sangre, pruebas radiológicas.
Se debe realizar un examen fisiológico, controlando sus constantes vitales, para asegurarnos que el paciente ingresa con total seguridad evitando riesgos que puedan aparecer en el postoperatorio o durante la cirugía.
Recibir al paciente y la autorización para la cirugía. En este punto debemos asesorar al paciente, informándole y resolviendo todas las dudas que pueden planteársele frente a la cirugía, logrando controlar el temor y la ansiedad que puede presentar.