por mario casar cirilo luciano hace 3 años
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La temporada de tornados ha comenzado este año con varias semanas de antelación. Este fenómeno, el más violento de la naturaleza, ya que concentra mucha energía en poco espacio, suele formarse durante la primavera, cuando confluye el aire cálido, que aparece con la nueva estación y el frío, que se encuentra ya de retirada. El lugar de la Tierra donde más se producen se llama el callejón de los tornados, una región localizada en el centro de los Estados Unidos, que incluye a Oklahoma,Texas, Kansas y Nebraska, entre otros. Aquí coinciden el aire cálido y húmedo procedente del Golfo de México con el gélido y seco que llega desde Canadá.
Un tornado es una estrecha columna de aire que gira y se desplaza a rápida velocidad y se extiende desde el suelo terrestre hasta la base de una nube cumulunimbus o cúmulus. A esta nube se le denomina nube madre.
Es uno de los fenómenos naturales más violentos debido a sus vientos veloces, que pueden alcanzar más de 400 kilómetros por hora y ocasionar muertes y daños devastadores a la infraestructura. Por lo general, los vientos circulan de suroeste a noroeste, aunque pueden circular hacia cualquier dirección. La mayoría de los tornados miden unos 76 metros de ancho y se desplazan varios kilómetros hasta su disipación.
A medida que avance el siglo, el Mediterráneo será un mar cada vez más peligroso. Con el
, se irá pareciendo a los mares tropicales. Estas nuevas condiciones facilitarán el desarrollo de ciclones extratropicales muy parecidos a los huracanes, los medicanes. Aunque los distintos modelos y simulaciones indican que habrá menos, los que haya serán más duraderos, intensos y portando mayor capacidad destructiva.
La vida de un huracán se divide en 4 etapas:
Etapa 1: Formación
Desarrollo de perturbaciones tropicales que alcanzan un sistema organizado conocido como Depresión Tropical, la cual tiene una circulación cerrada en sus niveles bajos y la velocidad de los vientos no excede a los 44 Kilómetros por hora. Su período de formación comprende desde las 12 horas a varios días.
Etapa 2: Desarrollo
Cuando las depresiones se intensifican hasta alcanzar el grado de Tormenta Tropical y otras obtienen la fuerza de un huracán. Una tormenta tropical se define como el sistema de isobaras cerradas con vientos que giran y convergen en sentido contrario a las manecillas del reloj.
Etapa 3: Madurez
Es cuando las tormentas tropicales alcanzan un mínimo nivel barométrico y los vientos se incrementan rápidamente a velocidades mayores de 120 Kilómetros por hora, alcanzando la categoría de huracán. Los efectos son desbastadores con intensos vientos de rotación ciclónicas, olas altas que afectan la navegación marítima y a la población cercana al sistema.
Etapa 4: Disipación
Se presenta cuando la presión del centro comienza a aumentar y los vientos decrecen paulatinamente acompañados por una debilitación del sistema.
Sistema organizado de nubes acompañado de lluvias y vientos máximos sostenidos de 38 mph.
Sistema organizado de nubes, tormentas eléctricas y lluvia que alcanza vientos sostenidos de 39 mph. a 73 mph y mantiene un patrón circulatorio. Una vez este sistema se convierte en Tormenta Tropical se le asigna nombre.
Sistema tropical con fuertes lluvias y vientos que sobrepasan las 74 mph.
Los huracanes son enormes tormentas tropicales giratorias caracterizadas por poderosos vientos y lluvias torrenciales. El fenómeno tormentoso alcanza a veces 800 kilómetros de diámetro y está constituido por vientos y nubes que forman una espiral en torno a un centro común que se denomina “ojo”. El aire es tranquilo y sin nubes en la zona del ojo, que mide unos 25 kilómetros de diámetro, pero está rodeado por una enorme pared de densas nubes que producen las precipitaciones más intensas del huracán y en la que el viento alcanza mayor velocidad. Para que una tormenta se clasifique como huracán, sus vientos deben soplar por lo menos a 120 kilómetros por hora, pero su velocidad alrededor del ojo suele superar con frecuencia los 240 kilómetros.
Los huracanes, y ésa es su característica, se desplazan hacia el oeste sobre el océano Atlántico y azotan las islas del Caribe y las costas de Norteamérica. Cuando el mismo tipo de tormentas se forma en los océanos Pacífico e Índico, reciben el nombre de tifones y ciclones tropicales. Pero cualquiera que sea su denominación, el resultado suele ser el mismo: un trágico balance de muerte y destrucción.
Honduras se encuentra en la placa Caribe, detrás de la zona de subducción de la placa de Cocos y tiene solo 4 volcanes activos posiblemente. Los campos volcánicos jóvenes de Honduras están relacionados con los procesos regionales de Rift, causados por la tensión extensional de la corteza de la placa del Caribe en lugar de subducción.
La Tierra no es el único planeta del Sistema Solar que Tiene actividad volcánica. Venus tiene un intenso vulcanismo con unos cientos de miles de volcanes. Marte tiene la cumbre mas alta del Sistema Solar: el Monte Olimpo , un volcán dado por apagado con una la base de de unos 600 kilómetros y más de 27 kilómetros de altura. No obstante, este planeta parece tener cierta actividad volcánica apreciable.
Nuestra luna esta cubierta de inmensos campos de basalto, lo que sugiere que tuvo una corta pero considerable actividad volcánica que hoy muy probablemente esta extinta.
Vulcanología.
que se dedica al estudio de los
y lo relativo a sus erupciones, estructura,
y origen. También estudia los efectos que los fenómenos volcánicos ejercen sobre la
e
terrestre, así como el aporte de elementos químicos sobre la
y la distribución de los yacimientos minerales ligados a ellos. Se dedica a la clasificación de los productos volcánicos y las estructuras que imprimen una
típica de los terrenos para prevenir los riesgos geológicos de origen volcánico, mediante la emisión de pronósticos.
ara las autoridades la cuestión de supervivencia está en la prevención, no solo de parte de los gobiernos y los organismos estatales, sino de parte de las familias. Entidades como la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior y Seguridad Pública de
(Onemi), el
Sistema Nacional de Protección Civil de México
, la Cruz Roja y el Servicio Geológico de
(USGS) apuntan a que es clave que la gente que vive zonas de riesgo habiten en casas diseñadas de forma responsable y cumpliendo normas antisísmicas, que los residentes conozcan de primera mano los planes de contingencia y evacuación y tengan a la mano un maletín de supervivencia con documentos, botiquín de primeros auxilias, radio, linterna, alimentos y un silbato, explica
Qué hacer:
Si uno está dentro de una vivienda, USGS recomienda enfáticamente quedarte adentro y ubicarse bajo una mesa o en un pasillo contra una pared interna.
La Onemi de Chile les llama a este tipo de sitios un Lugar de Protección Sísmica, esto es, un lugar alejado de ventanas y objetos que puedan caer encima.
La recomendación es protegerse debajo o junto a un elemento firme.
Además, en lo posible hay que cortar la energía eléctrica y cerrar las llaves de paso de agua y gas.
Utilizar linternas.
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Las placas tectónicas son fragmentos de la litosfera, compuesta por la parte superior del manto superior y la corteza terrestre, que se comportan como una capa fuerte, relativamente fría y rígida. Las placas de la litosfera son más delgadas en los océanos, donde su grosor varía de unos cuantos kilómetros en las dorsales oceánicas hasta 100 kilómetros en las cuencas oceánicas profundas.
Por el contrario, la litosfera continental usualmente tiene un grosor comprendido entre 100 y 150 kilómetros, aunque puede alcanzar los 250 kilómetros en porciones más antiguas de los continentes. Debajo de la litosfera, se encuentra una región del manto muy dúctil, conocida como astenósfera, donde la temperatura y presión son tan altas que las rocas se encuentran en estado de fusión (rocas fundidas).
Un terremoto es el movimiento brusco de la Tierra (con mayúsculas, ya que nos referimos al planeta), causado por la brusca liberación de energía acumulada durante un largo tiempo. La corteza de la Tierra está conformada por una docena de placas de aproximadamente 70 km de grosor, cada una con diferentes características físicas y químicas. Estas placas ("tectónicas") se están acomodando en un proceso que lleva millones de años y han ido dando la forma que hoy conocemos a la superficie de nuestro planeta, originando los continentes y los relieves geográficos en un proceso que está lejos de completarse. Habitualmente estos movimientos son lentos e imperceptibles, pero en algunos casos estas placas chocan entre sí como gigantescos témpanos de tierra sobre un océano de magma presente en las profundidades de la Tierra, impidiendo su desplazamiento. Entonces una placa comienza a desplazarse sobre o bajo la otra originando lentos cambios en la topografía.