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por ingrid Infante hace 4 años

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Etapa 3 - Fair Play

La práctica deportiva no solo se basa en habilidades físicas, sino también en valores y comportamientos que promueven un ambiente sano y respetuoso. Un buen deportista se caracteriza por su actitud tanto dentro como fuera del campo, disfrutando y divirtiéndose con las actividades físicas.

Etapa 3 - Fair Play

Etapa 3 - Fair Play

Decálogo del buen deportista

Saluda y felicita a compañeros y rivales.
Es Buen Deportista dentro y fuera del campo.
Es un espectador educado y respetuoso.
Es justo cuando es árbitro.
Respeta su salud, calienta antes de hacer ejercicio y hace estiramientos al final.
Al jugar en equipo no pretende lucirse por su cuenta.
Intenta disfrutar y divertirse practicando todo tipo de actividades físicas.
Juega respetando el juego limpio.
Utiliza su mente para pensar y decidir lo mejor.
Intenta ganarse a sí mismo, procurando aprender y mejorar.
Sabe ganar y perder, juega para divertirse.
El buen deportista es respetuoso.

Juego sucio

Ser un mal deportista.
Tener una mala educación deportiva.
No tener un comportamiento cívico en el campo de juego.
No respetar a los aficionados.
No respetar al rival.
No respetar a los árbitros o jueces.
No respetar las reglas de la competencia.
Es lo que no debe existir en el deporte, no jugar limpio ni ser deportivo.

¿Qué se debe evitar al hacer deporte?

Caer en la violencia física o verbal, al menosprecio o al racismo.
La trampa, el engaño, la manipulación y la modificación indebida de los implementos del juego.

Valores sociales del deporte

La derrota
El empeño
La multiculturalidad
La justicia
La amistad
El respeto
La cooperación
La salud
El compañerismo

Fair Play

Ideas del juego limpio
Cumplir con los documentos al registrarse.
No menospreciar al rival ni aceptar burlas.
Esporzarse por la victoria sin obsesionarse.
Respetar las decisiones del entrenador.
Animar a quien ha fallado.
Evitar las discusiones.
Respetar las instalaciones deportivas.
Respetar al contrario.
Evitar protestar al árbitro.
Son las actitudes respetuosas hacia las reglas decididas y fijadas por el juego deportivo y que revierten en un comportamiento generoso en el terreno de juego.
Es también una manera de proyectarse en la vida con valores morales.

Al perder un partido, se debe mantener la calma para no explotar ante los rivales ni ante el árbitro o expectadores; e igualmente al ganar un partido se debe ser humilde y aplaudir el esfuerzo del rival ya sea animándolo o felicitándolo.

Cuando un compañero de tu equipo hace trampa para favorecerlos y nadie dice nada, debes ser lo suficientemente valiente para alzar la voz y comunicarlo al árbitro o a alguna autoridad cercana.