por Rocío Martín Martín hace 7 meses
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Cambios fonético-fonológicos, morfosintácticos, léxico-semánticos y discursivos sufridos por la lengua como sistema a lo largo de su evolución.
El léxico español está constituido por tres componentes: la herencia latina, procedimientos morfológicos internos y préstamos.
Modificación del significado de una palabra, ya sea por ampliación o reducción de sus valores semánticos originales, o por alteración de los matices afectivos de algunas palabras.
Sus causas pueden ser debido a factores:
Los mecanismos de la modificación del significado se basan en asociaciones que se establecen entre palabras o asociaciones que pueden ser por semejanza o contigüidad, bien de los significados o bien de las formas: metáforas, metonimias, etimologías populares, elipsis...
Voces procedentes de un mismo ético que presentan una diferente evolución formal. Están formados, al menos, por dos resultados:
En general, cada miembro del doblete suele tener un significado distinto, siendo la forma más cercana al latín la que muestra más proximidad semántica el ético.
FABULA > fábula y habla.
COMPUTARE > computar y contar.
Los mecanismos morfológicos de formación de palabras están a caballo entre la morfología y el léxico.
Entre las aportaciones léxicas al español de lenguas no latinas, se encuentran las siguientes:
Capítulos 4 y 5 de Torrens Álvarez
Cambios que suponen una transformación respecto del castellano medieval:
Los factores que determinan la evolución fonética de las consonantes son su naturaleza, su posición en la palabra y su contacto con otros sonidos.
Sibilantes
Consonantes fricativas o africadas que, al ser articuladas, la salida de aire provoca un silbido.
Son 6 consonantes como sistema, que en castellano medieval fueron tres parejas (según se articularan en la zona alveolar, dental o palatal) que se oponían entre sí.
Dental africada sorda /ts/: c-, -c-, -sc-, ç, -z.
Dental africada sonora /dz/: -z-.
Apicoalveolar fricativa sorda /s/: s-, -ss-, -s.
Apicoalveolar fricativa sonora /z/: -s-.
Prepalatal fricativa o africada sorda /ʃ /: -x-.
Prepalatal fricativa o africada sonora /ʒ/: i, j, g
Asibilaciones y palatalizaciones
Provocados por el efecto de la yod o de una vocal palatal /e/, /i/.
Casos: Pág. 63-68 María Jesús Torrens.
Consonantes finales
De las consonantes latinas, solo podían aparecer en posición final de palabra /l, s, n, r, t, d, m, k/, pero quedaron solo /l/, /s/, /n/, /r/ (esta última por metátesis pasó al interior de la palabra: SEMPER>siempre.
En el castellano medieval, se vuelve a ampliar ese listado, por la apócope de la vocal /e/: PANE>pan.
Consontantes interiores
Lenición: conjunto de cambios fonéticos en la Romania occidental que debilitan la articulación de la consonante. Son cuatro procesos, aunque con excepciones:
/b/-/β/.
Evolución de los grupos consonánticos: se simplifican las geminadas, con excepciones.
Consonantes iniciales
El sistema consonántico del latín hasta el siglo I a.C. era más sencillo: no había palatales ni africados; y la mayoría de las intervocálicas podían ser geminadas.
Existían: /p/, /b/, /f/, /m/, /t/, /d/, /s/, /n/, /l/, /r/, /k/m /g/, /h/.
Procesos:
La primera, reforzó su articulación y se convirtió en una palatal sonora fricativa /ʝ/ (como yema).
La segunda, al reforzar se convirtió en fricativa bilabial /β/, confluyendo en la realización vocálica de /b/. Esto explica las confusiones gráficas entre B y V en posición intervocálica.
Tendencia a eliminiar hiatos
Hoy en día hay palabras que se pueden pronunciar con hiato o diptongo (período-periodo).
Para evitar el hiato, muchas palabras insertaron una consonante antihiática: -y-
Vocales átonas
El comportamiento de los cinco elementos dependió la posición de la sílaba dentro de la palabra: inicial, interior y final, y respecto al acento principal: pretónica y postónica.
Vocales tónicas
Las vocales semiabiertas pasaron a diptongos:
Por lo tanto, las vocales simples se redujeron a 5 (las actuales), todas cerradas.
Sin embargo, no es tan sencillo, hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:
Efectos
La yod engloba a la semiconsontante /j/ (primer miembro del diptongo) y a la semivocal /i/ (segundo miembro del diptongo, aunque normalmente se refiere al primero.
FI(i larga)-LI-U [fíliu] > FI-LIU [fílju] > fijo [fíʃo] > hijo [íxo]
Acento de intensidad
La desfonologización de la cantidad vocálica es el cambio en la naturaleza del acento, que deja de ser tonal para convertirse en acento de intensidad; por lo tanto, a tener un carácter distintivo.
Este acento marca una mayor diferencia entre vocales tónicas y átonas, las primeras realizadas con más fuerza y las segundas, más débiles.
Monoptongación de diptongos
Cada diptongo del latín clásico se redujo a una vocal en épocas diferentes.
Si el diptongo precedía a una consontante velar del diptongo, /a/: AUGUSTU>agosto.
Pérdida de la cantidad vocálica
Las 10 vocales del latín clásico se redujeron a 7 vocales con cuatro grados de abertura (la /a/ no se veía afectada por poseer el grado máximo de abertura).
El acento dejó de depender del carácter largo o breve de la penúltima sílaba y adquirió función distintiva (debido a la monoptongación de AE en /ɛ:/
La naturaleza del acento
El acento no servía para diferenciar palabras, ya que su posición en la palabra venía determinada por la naturaleza de las dos últimas sílabas:
MU-LÍ-E-RE "mujer" - E es ligera o breve; así que el acento va en la antepenúltima.
TA-BÉR-NA - NA es pesada o larga; así que el acento va en la penúltima.
La cantidad vocálica
10 fonemas vocálicos, definidos por:
La CANTIDAD (largas ā o breves ă)
Así, ōs era "boca" y ŏs era "hueso".
3 diptongos: AE /ai/, OE /oi/, AU /au/.
Ejemplo:
Adición de un sonido en posición final, por ejemplo, por exigencias de la rima.
Hoy es frecuente añadir una /s/ final en la 2º persona del pretérito simple: *DIJISTES (dijiste).
Adición de un sonido en posición inicial, por ejemplo, la s- líquida: SCHOLA>escuela.
Adición de un sonido en el interior de una palabra, generalmente para facilitar la transición entre dos sonidos contiguos preexistentes: NOMINE>nomne>nomre (por disimilación)>nombre
Las consontantes /b/ y /d/ son sonidos epentétitos frecuentes: tener ha>tenrá>tendrá.
Hay epéntesis por analogía: aéreo-*aereopuerto (aeropuerto).
Pérdida de un sonido al comienzo de una palabra: EMERITA>Mérida
En vulgarismos, *amos (vamos)
Pérdida de un sonido en posición final, por ejemplo, /e/
PANE>pan
En vulgarismos, *PA (para)
Pérdida de un sonido dentro de la palabra: OCULU>oc'lo>ojo.
En vulgarismos: *PAECE (parece).
Cambio de posición de un sonido dentro de la palabra, generalmente de las consonantes líquidas /r/ y /l/. En vulgarismos: *GRABIEL (Gabriel).
Metátesis recíproca: intercambio de sonidos parecidos. PARABOLA>parabla>palabra.
Un sonido pierde un rasgo articulatorio que comparte con otro cercano, que puede hacer que:
Un sonido o clase de sonidos se acerca en su realización a un sonido o sonidos vecinos, modificando su articulación para parecerse a ellos.
Puede causar
No se sabe exactamente, pero el latín vulgar que se hablaba en la Península fue evolucionando según las particularidades del área geográfica (los dialectos de los colonos, la romanización de los habitantes o la lengua autóctona).
Estas variedades acentuaron sus diferencias hasta convertirse en variedades romances. Algunas alcanzaron el estatus de lengua tras un proceso de estandarización, basada en la selección de una variedad geográfica y social prestigiosa, la fijación o codificación de sus usos, y la aceptación por una comunidad lingüística amplia.
En latín CL (clave) evolucionó:
El estudio diacrónico de la fonética, la morfosintaxis y el léxico siempre ayudará a entender el estado actual de la lengua y las razones que han conducido a él, lo que, a su vez, facilitará el aprendizaje y adquisición del español y un mayor dominio del mismo (Torrens Álvarez, M.J., 2018)
Así podréis leer las grandes obras de la literatura tal y como se escribieron, sin necesidad de una traducción al español actual... ¿qué os parece?
Periodos sucesivos en los que puede fragmentarse y ordenarse la historia lingüística en relación con los contextos históricos y extralingüísticos que configuran la historia general.
Entre la evolución interna y la historia externa del español, tenemos la grafía, que no es un nivel lingüístico (equiparable al nivel fonético-fonológico, morfológico, sintáctico-léxico), pero es imprescindible para el estudio diacrónico de una lengua.
Pág. 170-179 del manual de Torres Álvarez.
En el 1713 se funda la Real Academia Española y comienza a reformar la ortografía.
En 1844 la reina Isabel II declara obligatoria la enseñanza y el aprendizaje de la ortografía académica en las escuelas del reino, orden que repitió Alfonso XII en 1875.
Obras importantes:
Principios de la ortografía española:
Medidas:
En el siglo XIX:
La última edición de la Ortografía de la lengua española, revisada por todas las Academias de la Lengua Española, es de 2010; en ella se aprecia la búsqueda de una norma panhispánica.
A pesar de ello, han sido muchas las propuestas de incluir un mayor fonetismo (c/q/k-h-b/v-j/g-y/ll-c/z/s).
"Assí tenemos de escribir como pronunciamos: i pronunciar como escrivimos: porque en otra manera en vano fueron halladas las letras" (Nebrija)
"Kuanto mas fazil sera al niño y al maior, saber solas veinte i zinco letras, ke le daremos, para leer i eskrivir en Kastellano perfetamente, ke tanto embarazo?"
Desde finales del siglo XV y, especialmente en los siglos XVI y XVII, muchos gramáticos teorizaron pro primera vez sobre la ortografía como sistema de representación de los sonidos y fonemas de la lengua hablada, y propusieron reformas ortográficas, a la vez que censuraron determinadas pronunciaciones. Todo se expandió gracias a la imprenta.
Las primeras gramáticas de lenguas romances eran manuales para la enseñanza de la lengua a extranjeros o herramientas para facilitar el aprendizaje del latín; la ortografía era una parte de esas gramáticas. Sin embargo, ni los propios autores aplicaban lo que defendían, por lo que la escritura fue bastante anárquica.
Algunas propuestas:
Al carecer la manuscritura medieval de carácter normativo, coexistían normas o tradiciones de escritura, que normalmente se asociaban al scriptorium del copista. Además, estos sistemas de escritura romance no se basaban en la correspondencia letra-fonema.
En 1230, la norma cancilleresca que se inició con Fernando III y se completó con su hijo Alfonso X el Sabio, fue un primer firme intento de normalización gráfica: buscaban la correspondencia entre letra y fonema, lo que acabó con el poliformismo. Si embargo, no tuvieron carácter normativo.
Las primeras muestras de documentos escritos en una mezcla de latín y romance son de mediados del siglo X; sin embargo, antes del siglo XIII no hay un uso generalizado del romance escrito en detrimento del latín.
Estos primeros documentos escritos no se pueden identificar con el nacimiento de dicha lengua, que se hablaría mucho tiempo atrás. Entonces, ¿por qué no hay testimonios más tempranos?
Los documentos escritos en latín de los siglos IX-XI se leían a la manera romance, que se escribía a la manera antigua (el latín). Por su parte, la lengua hablada, se había transformado en romance, mientras que la escritura no había evolucionado y se había convertido en una escritura lolográfica: no se leía "letra a letra", sino por palabras completas. Con las reformas carolingias del 800 se reinventó la lectura del latín y se volvió a asignar un sonido a cada letra (el latín medieval), por lo que fue necesario un nuevo sistema de escritura.
La relación entre oralidad y escritura es importante en los estudios de la historia de la lengua, ya que los investigadores no tenemos más testimonios de la lengua antigua que en los documentos escritos.
Interpretar las soluciones gráficas en contexto geográfico y temporal es vital para conocer cómo era la lengua en el pasado; a ello se dedica la grafemática: la valoración fonética de las grafías.
Procesos como la fonologización, desfonologización y transfonologización hacen que no sea siempre posible establecer el sistema fonológico de una lengua en un momento concreto, por lo que se prefiere hablar del valor fonético de las soluciones gráficas. Por ello, no se puede saber con certeza si dos grafías representan dos fonemas diferentes, dos alófonos del mismo fonema o un único valor (b/v en la Edad Media).
En conclusión, nuestra ortografía actual es, en muchos casos, el resultado de la restauración de grafías etimológicas de la RAE en contra de una tradición de siglos de escritura más fonética.