por Marta Noelia Prieto Ramirez hace 5 años
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Para expresar su mensaje del amor de Dios Padre a la humanidad, se relacionó con publicanos, pecadores, prostitutas y otros marginados sociales.
Los continuos enfrentamientos con las autoridades religiosas por su nuevo mensaje religioso y social desencadenó su condena.
La noche en que celebró la Última Cena con sus discípulos, fue traicionado y entregado.
El Sanedrín lo presentó ante Pilato como rey de los judíos. Se le juzgó y condenó a muerte por revolucionario y por blasfemar. Fue abandonado y negado incluso por sus propios discípulos.
Proclamó con palabras y con hechos la llegada del Reino de Dios. Para Jesús el mensaje del Reino procedía de Dios. Los llamados “milagros” son, en realidad, signos, pistas, indicios de que el reino ya está aquí, que comienza con Jesús, y de cómo es Dios, que se enfrenta a la enfermedad, la limitación y la muerte.
Para muchos, Jesús era el Mesías enviado por Yavé . Pero Jesús rechazó la violencia y propuso el servicio y la solidaridad como forma de vida.
Tuvo fama de profeta.
Jesús anunció a un Dios como un padre bueno y cercano al que llama abba (papá) que interviene en favor de los hombres.