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por Sara Nicole Pachito Navarro hace 5 años

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Laicismo y educación pública en el discurso liberal ecuatoriano (1897-1920)

En la obra "El Lector Ecuatoriano" se refleja una visión de la niñez escolarizada que está subordinada a la figura del maestro y al mundo adulto, con una fuerte presencia de temas religiosos.

Laicismo y educación pública en el discurso liberal ecuatoriano (1897-1920)

Entonces tenemos que las reflexiones que se dieron fueron algunas ideas de lugares ecuatoriano entorno al laicismo, que en su mayoría se dio en prevaliente en el siglo XIX. Dando debates para lugares históricos del laicismo, aquello siempre tuvo perspectiva nacional, sabemos que el laicismo creo ideas alternativas al catolicismo. Se afirma fue una de las mejores apariciones ya que sostuvo el nuevo sistema moral y jerárquico del liberalismo. La educación laica encontró un lugar en la historia occidental, a fin de cuenta la igualdad liberal se ventilaba ante la ley y no en las estructuras sociales. En ella se puede apreciar a los estudiantes del plantel agrupados en el patio y los pasillos de una edificación de apariencia conventual y colonial que poco tiene que ver con el espíritu secularizador del laicismo. La fotografía de los alumnos del Colegio Mejía aporta sin proponérselo una estratigrafía de la historia de la educación ecuatoriana, creada a base de reformas educativas sucesivas asociadas a grandes transformaciones nacionales, pero que no logran trascender la matriz histórica original basada en la herencia católica. Solo en 1930, el Colegio Mejía contará con su propio local, este sí de características neoclásicas, que son las que precisamente corresponden a los códigos arquitectónicos formales que la ciudad de Quito adoptó en su primer tránsito a la expansión y modernidad urbanísticas.

-Las representaciones de una niñez escolarizada subordinada al maestro y al mundo adulto fueron ampliamente difundidas a través de los texto escolares para la enseñanza primaria. -El texto denominado El Lector Ecuatoriano, constituye un ejemplo vívido de la claudicación del laicismo ante la necesidad de apelar a una matriz religiosa. -Entre los títulos de los capítulos sorprende encontrar las menciones a Dios y a la religión presidiendo el texto, seguidas de los temas alusivos a la Patria, la libertad, el hogar y otros relativos a los roles sociales de hombres, mujeres, jóvenes, soldados, ancianos, pobres obreros, etc. -El niño se distribuyen en múltiples direcciones, hacia Dios, la familia, la sociedad y la Patria. -Específicamente, la imagen de Dios presentada por el texto no se corresponde a la tradición católica. -Esta representación consagra una ley moral única que rige el mundo, y que no es otra que “amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos”. -Ante estos misterios, el niño que mira asombrado tales símbolos reacciona con curiosidad, no con reverencia. -Los mensajes que arroja el texto sobre la estrecha relación entre escolarización e infantilización demuestran que la escuela es considerada por los liberales un espacio de regeneración social indispensable para alcanzar el ideal anhelado de sociedad. -El texto también sugiere que en el ideario laicista la estructura de clases es una condición social naturalizada, en la que la pobreza no es un desafío a superar. -Las figuras del trabajador y del obrero aparecen enaltecidas en la obra, precisamente, por los valores de “dignidad de la pobreza” y de la “nobleza” derivada no de la sangre. -Frente al enaltecimiento y naturalización de valores modernos ligados al progreso capitalista, se levantan como contra parte los anti-valores que el texto censuraba. -El discurso de dignificación del trabajo y de la pobreza muestra que la concepción laica de la educación popular, tan apreciada por los liberales, tuvo claras connotaciones regeneradoras.

-El Dios cósmico laico también fue representado como vértice del orden moral en el libro Instrucción Moral y Cívica que mayor difusión tuvo en el medio escolar ecuatoriano durante esos años. -El plan de este Ser Supremo era considerado indeclinable porque se cumplía en concordancia con las “leyes naturales”, que rigen no solo el orden físico sino también el humano. -Deslindándose de la tradición católica basada en el culto público y las prácticas sociales de religiosidad, el autor recomendaba que el camino para “conocer” y “adorar”. -El Dios laico aparecía ante los escolares como el principio legitimador de un modelo basado en una suerte de cristianismo racionalista, que demandaba de ellos el cumplimiento de nuevos deberes. -¿Hasta qué punto esta emancipación intelectual estaba atravesada por un sentido de soberanía para la instrucción pública? Es una cuestión que queda por explorar.

-En la etapa que se abre luego del asesinato de Eloy Alfaro (1912). -Sin embargo, es en ese mismo escenario donde emerge el actor social que va a impulsar el proyecto educativo laicista desde un sentido de apropiación distinto al imperante en el discurso político. -En ese medio docente no solo se difundió un “nuevo fermento laico de nacionalidad” en reemplazo de la identidad nacional católica. -El exponente más ilustrado en este campo fue el pedagogo catalán Fernando Pons, contactado por el mismo Alfaro durante su exilio en Costa Rica. -Su defensa de la educación laica constituye la expresión más importante del laicismo militante de la etapa alfarista. -La matriz positivista del discurso de Pons se devela en su explicación evolucionista del papel histórico del laicismo. -A partir de esta premisa encuentra en las leyes de la evolución natural un fundamento “científico” tanto para explicar el surgimiento de la escuela laica como para definir el método pedagógico más adecuado. -En el marco de la reflexión de Pons, de forma “natural” el maestro laico se situaba a la cabeza del proceso modernizador, porque estaba destinado a conducir al niño en el tránsito de la “barbarie” a la “civilización”. -El pensamiento de Pons influyó de manera decisiva en los jóvenes normalistas, tanto por su condición de director y maestro de la Normal de Varones como del impulso que dio a la creación de las primeras asociaciones gremiales de docentes. -Carlos Alberto Flores, representante de los preceptores del Guayas, hizo una calurosa defensa de la educación primaria usando la metáfora de “la semilla que contiene en sí y por modo maravilloso todas aquellas partes que forman el árbol”. -En sus palabras, la educación primaria promovía “la prosperidad y grandeza nacionales”, formaba “el espíritu y el carácter nacionales”. -La reivindicación de la primaria llegó a convertirse en bandera de la lucha gremial de los docentes. -La pertinencia misma de la secundaria, un ciclo que no tenía relación con la primaria sino con la educación universitaria.

- Defendían una primaria con mayor número de niveles y articulaciones, basada en un currículo gradual y concéntrico dirigido a fortalecer la “educación común”. -Primer Congreso Pedagógico: “Entre las materias que son del dominio de la instrucción primaria, debe dárselas mayor extensión y profundidad a aquellas que tienen que ver con las artes y oficios a que comúnmente se dedican los habitantes de cada región. -Sin pretender generalizar esta concepción al conjunto del magisterio laico. -El debilitamiento de la dimensión anticlerical del laicismo en la etapa posalfarista favoreció la creación de lazos entre maestros laicos y figuras destacadas de la intelectualidad conservadora. -Cuando en 1917 falleció el gran fustigador de la educación Laica, el arzobispo González Suárez, la revista El Magisterio Ecuatoriano, publicada por los jóvenes pedagogos laicos, destinó un número entero a exaltar la figura de quien fue considerado el maestro de maestros. -Una noticia de julio de 1916 publicada en el periódico liberal El Día ilustraba esta realidad a propósito del ambiente que los estudiantes vivían al término del año escolar por la rendición de los temidos exámenes finales. -Esta nota irónica de los liberales reflejaba, a su pesar, la poca influencia que hasta la segunda década del siglo XX había alcanzado la educación laica y su sistema de valores sobre el conjunto de las prácticas culturales de una sociedad fuertemente permeada por la religiosidad católica.

-A la línea liberal estatista se opuso en la Asamblea de 1906 un liberalismo concentrado en la defensa de la tolerancia y la libertad de conciencia. -Esta posición representada por José Peralta, ministro y hombre de confianza de Eloy Alfaro. - En un opúsculo titulado La cuestión religiosa y el poder público en el Ecuador, escrito en respuesta al rechazo de que fue objeto por su apoyo al establecimiento del Patronato. -La singularidad del liberalismo practicado por Peralta radicó en una contradictoria combinación entre anticlericalismo y defensa de la relación Iglesia-Estado. -No obstante, esta tarea moral atribuida al aparato público no significaba al mismo tiempo que Peralta tuviera una posición favorable a la estatización. - La educación adquirió un carácter descentralizado, fortalecido por relaciones de apoyo que organizaciones de laicos y municipalidades prestaban a la educación católica, todo ello bajo la inspiración del “catolicismo social". -El Estado liberal no logró, finalmente, unificar esta estructura, como hubieran querido los liberales radicales. -Pese a la voluntad de consolidar la instrucción pública en clave laica, los resultados finales se decantaron sorpresivamente en la línea trazada por Peralta, puesto que la Ley de Educación de 1907. -La Ley de Educación se limitó a señalar que “la Instrucción pública oficial será laica, y además gratuita y obligatoria la que se refiere a la enseñanza primaria”. -Con ello el sistema escolar no pudo encuadrarse del todo en el modelo estatista por el que votó la Convención. -En el nuevo contexto de la secularización de la enseñanza la educación católica tuvo que reorientar sus reivindicaciones a la defensa de la educación particular. -Ambos se convirtieron en mediadores del largo y accidentado proceso de secularización que vivió el Ecuador en el marco de las transformaciones operadas por la revolución liberal de 1895.

-La Constitución de 1897 que siguió al golpe de estado liberal de 1895. -En el acápite de“garantías”, no obstante, se logró incluir un reconocimiento a las creencias religiosas y la obligación del Estado de respetar sus expresiones. -Una reforma trascendental adoptada también en 1897 fue la descentralización del aparato escolar que privó de varias atribuciones al Ministerio de Instrucción. -Entre las primeras medidas abiertamente secularizadoras de la Constitución de 1897 se incluyeron el impedimento para que los religiosos desempeñaran cargos públicos y la prohibición de la inmigración de comunidades religiosas. -Gracias al espíritu de negociación con los sectores conservadores que imperó durante el gobierno de Leonidas Plaza, sucesor de Alfaro, se pudo profundizar la secularización institucional al decretarse en 1902 las leyes de Registro, Matrimonio Civil y Divorcio. -La declaración del carácter laico de la instrucción pública llegó de la mano de la oficialización de la separación Iglesia-Estado proclamada por las Constituciones de 1905 y 1906. -Para los liberales anticlericales que impulsaron la secularización definitiva de la enseñanza en 1906. -En ese contexto, el significado del laicismo se asimiló a estatismo, que fue la tendencia visible defendida por el liberalismo “radical”, interesado por consolidar la separación Iglesia-Estado. -De allí derivaron buena parte de los tropiezos que enfrentaron los gobiernos liberales para configurar un verdadero sistema de instrucción pública. -La incapacidad de transitar desde un sistema de poder fundado en lo sagrado a otro basado en la soberanía del pueblo, como corresponde al paradigma laico. -Las Constituciones liberales de 1897 y 1906 hicieron descansar la soberanía en una concepción de nación a la que se concebía como una esfera reservada para ciertos sujetos políticos que podían exhibir la condición de “ciudadanos”. -Fue por estas razones que el artículo tercero de la Constitución de 1906, declaró efectivamente que la soberanía descansaba en la Nación.

EL NUEVO DIOS DEL LAICISMO COMO DISPOSITIVO JERÁRQUICO Y MORAL

UN LIBERALISMO NO LAICISTA

LA ASIMILACIÓN DE LO PÚBLICO A LO LAICO

LOS SIGNIFICADOS DEL LAICISMO ENTRE LOS MAESTROS LAICOS

Laicismo y educación pública en el discurso liberal ecuatoriano (1897-1920)

Este artículo examina la construcción del discurso laicista durante las décadas que rodearon las medidas de secularización de la enseñanza (1906).En el abordaje de este tema por parte de los estudios históricos en el Ecuador ha predominado una perspectiva reivindicativa del laicismo, en el contexto de la década de 1940, ante la decisión de la Asamblea Constituyente de 1947 de restaurar el subsidio oficial a la enseñanza religiosa que había sido suspendido en 1906 por el Estado liberal. Hasta 1951, fecha de celebración de los 50 años de creación de las primeras normales laicas, que también dio lugar a un importante relato conmemorativo, El arco temporal considerado es el intervalo 1897-19203 que constituye el escenario de la reforma educativa liberal propiamente dicha. Hasta la oficialización enseñanza laica en 1906, no existían más de 30 normalistas egresados

Eloy Alfaro, aquejado para entonces por su impopularidad y las inevitables tensiones sociales que provocó su revolución al movilizar las bases populares contra los grupos oligárquicos, Luego de la muerte del caudillo, la reforma pierde su impulso revolucionario pero entra en una etapa de relativa institucionalización con la contratación en 1913 de la primera misión alemana. De hecho, detrás de este discurso, lo que estaba en juego era la identidad de los docentes formados con la segunda misión alemana, que crearon el relato celebratorio de la trayectoria normalista ecuatoriana en el cincuentenario de fundación al que nos hemos referido al principio, Denla primera parte, se explora la dimensión política de la problemática a partir del debate librado en la Constitución de 1906 sobre la secularización de enseñanza, y de la polémica relativa a la separación Estado-Iglesia en la perspectiva de José Peralta,el catolicismo aparece entonces como un fenómeno cultural no necesariamente dependiente del Estado.