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por Josisel Heras hace 9 años

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MAPA MENTAL ETICA

A lo largo de los siglos, la relación entre ciencia y tecnología ha evolucionado significativamente, comenzando con la técnica moderna del siglo XVI y culminando en las tecnociencias actuales.

MAPA MENTAL ETICA

Perspectivas contextuales a la problemática ética de la ciencia: las demandas tecnocientíficas actuales

La categoría “tecnociencia”, como suele denominarse a la ciencia hoy, es un concepto de por sí problemático desde varios ámbitos epistemológicos: desde la filología hasta la filosofía de las ciencias ha sido discutido.

La configuración actual de la tecnociencia es quizá lo más propio y característico de esta frente a la ciencia clásica. Los estudios de CTS (Ciencia, Tecnología y Sociedad), tan en boga en la actual filosofía, sociología y epistemología de las ciencias, han demostrado las múltiples y complejas redes que entrelazan y conectan la tecnociencia hoy.

Con todo esto asistimos a unas características propias del proceder de la tecnociencia, a una axiología o praxiología de las acciones y sistemas tecnocientíficos con los que aparecen unos valores típicos o particulares de la tecnociencia

En octavo y último lugar, comprueba la fiabilidad, como el modus operandi de un sistema o dispositivo en el cual se mide la probabilidad de la función adecuada del dispositivo y la confianza en el desempeño de su función
En séptimo lugar, establece el criterio de aplicabilidad como habilidad para destinar un proyecto al ámbito práctico y del desarrollo.
En sexto lugar, se plantea la utilidad como razón y capacidad para responder a una necesidad específica.
En quinto lugar, propone la funcionali- dad como mecanismo que representa el carácter secuencial de lo producido y que ofrece la posibilidad de su provecho en el marco social.
En cuarto lugar, indaga sobre las condi- ciones de innovación como la introducción de nuevas ideas, productos, servicios, con la intención de ser útiles para incrementar la productividad y su éxito de forma comercial.
En tercer lugar, persigue la efectividad tratando de cuantificar el logro de la meta en la utilidad práctica de sus propios beneficios.
En segundo lugar, busca la eficiencia, procurando alcanzar el objetivo predeterminado, evitando errores con lo mínimo de los recursos y tiempo disponibles para conseguir su optimización.
En primer lugar la tecnociencia se pre- senta como una praxis de eficacia. Se plantea la capacidad de lograr unos objetivos predeterminados con los recursos disponibles en un tiempo y lugar precisos, con la calidad y cantidad de las metas planteadas.

Estos procedimientos de orden funcional y axiológico precisan una caracterización de la tecnociencia que le confiere unos rasgos eminentemente distintivos respecto a la ciencia tradicional.

Cada uno de estos aspectos puede mencionarse de modo general, con el fin de dibujar un esbozo panorámico que muestre las líneas de acción de esta modalidad propiamente científica y tecnológica.

La tecnociencia como tecnología + ciencia, el aspecto de su configuración actual

Con este desarrollo aparece una nueva estruc- tura en la práctica científico-tecnológica en la cual hay una íntima unión con la denominada revolución informacional;
Durante la Segunda Guerra Mundial y el período inmediatamente posterior a esta, apareció la macrociencia como la primera modalidad de la tecnociencia. Tuvo un tiempo de crisis y estancamiento entre la década de los años sesenta y setenta hasta que en el último cuarto de siglo apareció propiamente la tecnociencia actual
La revolución tecnocientífica trae consigo una nueva manera de hacer ciencia, por las acciones y los sistemas sobre los cuales se articula.
De esta interacción se desprende el hecho evi- dente de que, básica o aplicada, la investiga- ción hoy es tecno-científica; el progreso de la ciencia depende, en parte del progreso de la tecnología y viceversa, de tal modo que nues- tra relación con lo real, ahora, está definitiva- mente mediada por lo técnico y no ya simple- mente por lo simbólico.

La técnica moderna del siglo XVI de- viene en tecnología más ciencia en el siglo XX.

Luego, con la Segunda Revolución Industrial, se forjó una alianza entre la industria, la tecnología y la ciencia, de tal modo que a lo largo del siglo XIX ciencia y tecnología estrecharon sólidos lazos que en la primera mitad del siglo XX dieron surgimiento a la primera tecnociencia.
Esta matematización del conocimiento y la metodología experimental rompieron con los moldes aristotélico-escolásticos de la Edad Media y modificaron la cosmovisión de la ciencia. Como resultado de un largo proceso, la ciencia moderna se fue institucionalizando, de tal manera que para la Primera Revolución Industrial en Gran Bretaña en el siglo XVIII se dio un gran impacto social, político y económico cuyo principal eje fue la tecnología.
Las características esenciales de la ciencia moderna son la matematización y la experimentación que en definitiva conducen a la operatividad.
La ciencia moderna, que conoció su mayor auge entre los siglos XV al XVII, es el antecedente remoto de las actuales tecnociencias.

El entramado histórico de la tradición científica: de la techné a la tecnociencia.

La configuración de la ciencia, tal y como la percibimos hoy, no es de aparición reciente; hunde sus raíces en el surgimiento de la ciencia moderna en el siglo XVI, y en el transcurso de los siglos ha ido hallando nuevas apreciaciones que se ven condicionadas a las circunstancias de cada época.

Las demandas tecnocientíficas actuales provocan una nueva relación entre ética y ciencia, consideraciones que abren nuevos horizontes ante las coyunturas de los avances recientes.