A través de las distintas épocas, la transmisión de conocimientos y la administración de información han sido fundamentales para el desarrollo cultural de las civilizaciones. Desde los rollos de papiro en la Biblioteca de Alejandría hasta las normas establecidas en París en 1977, cada generación ha contribuido a la creación de modelos bibliográficos y sistemas de información que reflejan su contexto histórico y político.