por astrid moreno hace 4 años
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Para que éstas sean efectivas los reanimadores comprimen con firmeza y rapidez, a razón de, al menos, 100 veces por minuto para todas las víctimas
Palpar el reborde costal del esternón hasta identificar la apófisis xifoides. A unos dos o tres centímetros por encima de la misma y siempre situados sobre el tercio distal del esternón, tendremos el punto que nos servirá de referencia para situar el talón de la mano derecha.
Según últimas recomendaciones (2005), se colocan las manos en el centro del pecho de la víctima, en lugar de perder más tiempo en utilizar el método de "el borde de las costillas". Situar la mano izquierda encima de la derecha, entrelazar los dedos y sin que estos toquen el tórax, efectuar presiones manteniendo los brazos extendidos de manera perpendicular al tronco de la víctima. Las compresiones deben hacer que el pecho se hunda 5 cm.
Hacer una inspiración profunda e insuflar el aire por la boca, la nariz de la víctima, o el estoma en caso de personas traqueotomizadas. Comprobar que el tórax de la víctima se eleva con las insuflaciones lentas y desciende tras dejar su boca u orificio por el que se insufla libre.
Una frecuencia adecuada podría ser la de 10 insuflaciones de aire espirado en aproximadamente un minuto, tras las que deberá revalorarse signos de circulación, si no los hay o tenemos dudas iniciar masaje cardíaco.
Semi-automáticos
Estos dispositivos son los de uso público. Después de analizar el ritmo cardíaco del paciente, recomiendan o no aplicar la descarga eléctrica. Permite realizar varias descargas alternando con el masaje cardíaco.
Automático
Son los que aplican la descarga eléctrica automática tras una señal sonora. Si la persona que auxilia al paciente no conoce esta información, puede correr peligro. Por esta razón, los desfibriladores automáticos han caído en desuso.
Manual
Este dispositivo tiene un funcionamiento complicado. Por esta razón, es usado por personal cualificado. En Europa, su uso está condicionado al personal sanitario entrenado.
Se implantan en una persona con problemas cardíacos de la misma forma que se implanta un marcapasos.
Este dispositivo puede detectar y tratar arritmias cardíacas con una descarga eléctrica que restablece el ritmo normal del corazón.
También es implantado en personas que sufren taquicardias, bradicardias y latidos descontrolados.
Determinar cuando es necesario proceder a la desfibrilación y administrar la descarga en el nivel de intensidad necesario.
Los síntomas habituales son
Otros: Pueden aparecer náuseas, vómitos y desfallecimiento.
Mareos en el diez por ciento de los casos.
Palidez.
Sudoración.
Dificultad para respirar.
Dolor torácico intenso y prolongado, que se percibe como una presión intensa y que puede extenderse a brazos y hombros (sobre todo izquierdos), espalda e incluso dientes y mandíbula. El dolor se describe como un puño enorme que retuerce el corazón.
En su forma de presentación, que viene precedida por la pérdida brusca de conciencia dentro de, como máximo, la hora que sigue al inicio de los síntomas,en un individuo con una cardiopatía de base conocida o desconocida
Se han propuesto otros límites de tiempo de 2, 6 y 24 horas para circunstancias específicas como la muerte sin testigos.
Hay que tener en cuenta que la muerte súbita cardíaca puede recuperarse mediante las maniobras de reanimación cardiopulmonar adecuada
El SVB no suele incluir el uso de fármacos o maniobras invasivas y puede ser contrastado con la prestación del soporte vital avanzado (SVA)