Existen diferentes tipos de heridas que se pueden clasificar según su profundidad, riesgo de infección, objeto causante, integridad de la piel y proceso de cicatrización. Las heridas superficiales afectan solo la piel, mientras que las profundas y penetrantes atraviesan tejidos más internos.
Abierta: Separación de los tejidos blandos
de la piel. Estas lesiones tienden a infectarse
con facilidad.
Cerrada: No se observa lesión aparente,
pero hay hemorragia debajo de la piel,
en cavidades o vísceras.
Riesgo de infección
Limpia: Es la realizada en un entorno aséptico, por ejemplo en un quirófano.
Contaminada: Ha estado expuesta a bacterias un corto periodo de tiempo.
Sucia o infectada: Ha estado expuesta a bacterias un periodo largo de tiempo
Cicatrizacion
Aguda: Es aquella que el organismo es capaz de cerrar o sanar en el tiempo esperado.
Crónica: Es aquella que el organismo no puede cerrar o sanar en el tiempo esperado, ya que la herida suele ser más profunda y la zona suele estar inflamada.
Profundidad
Superficial: Cuando solo atraviesa la piel.
Profunda: Cuando la herida atraviesa el tejido subcutáneo.
Penetrante: Cuando penetra una cavidad, como puede ser la boca, el abdomen, la vagina, etc.
Perforante: Cuando atraviesa el cuerpo.
Objeto o mecanismo causante
Cortante o incisa: Ocasionada por un
objeto cortante, como un cuchillo o un vidrio.
Punzante: Es producida por un objeto
punzante, como un clavo.
Contusa: Ocasionada por un objeto
como una piedra o un martillo.
Desgarro: Producida por objetos como
una motosierra.
Raspadura: Producidas por objetos con
dientes o palas, como una trituradora de
comida, o por el asfalto.