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La Edad Media y el Feudalismo MARIA FERNANDA TORRES ZAPATA HISTORIA MODERNA GRUPO 1

A partir del año 1000, la sociedad europea experimentó un notable crecimiento y expansión tras un largo período de estancamiento. La Iglesia cristiana jugó un papel crucial al decretar la paz de Dios, lo que resultó en la disminución de conflictos entre nobles y permitió un periodo de paz.

La Edad Media y el Feudalismo MARIA FERNANDA TORRES ZAPATA HISTORIA MODERNA GRUPO 1

La Edad Media y el Feudalismo

El debilitamiento del feudalismo

La crisis del siglo XIV generó las condiciones para que el debilitamiento de los señores feudales repercutiera directamente en el fortalecimiento de la Corona.
Ya desde el siglo XII, las monarquías habían impulsado los primeros avances en el restablecimiento de su poder. Para lograrlo, debieron conseguir el sometimiento de la nobleza y la aceptación de su autoridad sobre ella.

El poder efectivo de los señores se había reducido tras la crisis. El gasto ostentoso había provocado un endeudamiento general del grupo social dominante.

La huida de siervos y la crisis afectaron su fuente directa de recursos y su capacidad para ejercer la autoridad sobre el feudo se vio debilitada.

Los reyes lograron recomponer su autoridad sobre el conjunto de la nobleza. Muchos nobles, quebrados social y económicamente, pasaron a formar parte de la corte, sujetos a los deseos del rey.

Los reyes recuperaron la administración de justicia y formaron un ejército propio para hacer efectivo su poder.

Mientras que el poder de los señores feudales se diluía en favor de la centralización monárquica, en el campo se fueron generando distintas relaciones de explotación de la tierra.

En Europa Occidental algunos individuos, que no pertenecían al grupo dominante tradicional, se enriquecieron y alquilaron tierras para iniciar actividades más rentables, en otros lugares persistieron las aldeas campesinas que ahora tributarían al rey, mientras que en la zona de Europa Oriental, del río Elba hacia el Este, parece que las presiones feudales se fortalecieron y se volvieron más brutales sobre los campesinos.

Reinos en ascenso, como el de Inglaterra, Francia u Holanda, para continuar creciendo, dependían de su capacidad de extraer los excedentes productivos campesinos. En medio de todos ellos un sector social intermedio –la burguesía– se enriquecía y con el tiempo se converti- ría en una amenaza para el viejo orden.

Crisis y transformación en el siglo XIV

Durante el siglo XIV una crisis azotó a Europa Occidental y el crecimiento se detuvo.
Hambrunas

El motor de la expansión de Europa se había montado sobre un aumento en la presión señorial sobre los siervos. Hacia el siglo XIV esa presión sobre los campesinos acabó generando un estancamiento en la productividad de las tierras.

Las hambrunas no eran extrañas en el mundo feudal, una época de sequía, o de mucha lluvia, podía malograr el trabajo de toda una temporada y con ello la disponibilidad de alimentos.

Hacia el siglo XIV el agotamiento de las tierras provocó hambre, que probablemente debilitó a los campesinos y eso favoreció la expansión de la peste bubónica, una enfermedad trasmi- tida por las pulgas de las ratas de los barcos que provenían de Oriente.

La gente abandonaba las ciudades para huir de la peste y extendía la enfermedad; los siervos dejaban los campos y las tierras se quedaban sin quien las trabaje.

La peste bubónica y la mortandad

La peste bubónica y la mortandad que provocó tal vez haya sido uno de los aspectos más visibles de la crisis, pero no fue el único ni tampoco, quizá, el más importante

Las Ciudades

Algunas ciudades europeas, como Roma o Londres, tienen un origen muy antiguo. Otras se desarrollaron, durante la época estudiada, como centro de reunión para las ferias de intercambio de productos o como centros de peregrinación de los creyentes.
Algunas otras crecieron a partir de pequeños poblados en el cruce de rutas comerciales.

Los Gremios y las Guildas

Guildas

Las guildas de comerciantes cumplían un papel similar con los comerciantes.

Así, por ejemplo, la producción de los finos textiles que recorrían las rutas comerciales europeas implicaba un proceso de formación arduo y estipulado por la autoridad gremial.

Gremios

Formados por los maestros artesanos especializados en una producción específica, cumplían un rol central

La tarea de los gremios artesanales era proteger los privilegios de los maestros, poner límites a la cantidad de bienes producidos por cada uno para evitar la competencia entre ellos y limitar el acceso de los aprendices a la condición de maestros.

Cada oficio tenía su gremio: los zapateros, los tejedores, los orfebres, etc.

El crecimiento del comercio

El renacimiento del comercio fue estimulado, entre otros aspectos, por la disponibilidad de mayor producción agrícola y las Cruzadas.
Los nobles y comerciantes ricos

Compraban también productos exclusivos producidos en las ciudades por los maestros más prestigiosos. Para los nobles, y para quienes querían parecerse a ellos, estos artículos de lujo eran importantes para marcar su estatus.

Los nobles comenzaron a exigir que el pago de la renta y los tributos se realizara en metálico para poder comprar esos productos. Los campesinos se vieron obligados a vender su producción en el mercado para conseguir moneda, reforzando el impulso a las relaciones mercantiles.

El uso de ropas de seda o el consumo de especias en un banquete ofrecido a otros miembros del sector privilegiado, servían para impresionar a los invitados y, quizá, facilitar así el acuerdo de matrimonios o alianzas económicas y políticas.

Los Mercaderes

Un nuevo grupo social que apareció por entonces, recorrían las distintas regiones europeas y vendían en las ferias los productos de lujo traídos de lugares lejanos por comerciantes especializados en esa actividad.

Obtenían ganancias comprando sus productos a un precio menor al del valor de venta.

La expansión del año 1000

Hacia el año 1000, la sociedad europea comenzó a mostrar signos de crecimiento y expansión luego de cinco siglos de estancamiento.
La Iglesia cristiana decretó la paz de Dios que establecía que el ataque a iglesias o zonas específicamente señaladas en los feudos constituía una amenaza para el alma.

Cualquier cristiano que incurriera en esa práctica sería condenado a pasar la eternidad en el infierno. Las guerras entre nobles se detuvieron como producto de este llamado.

Las Cruzadas

Aumentó la población y hubo migraciones hacia zonas como Polonia, del Este Europeo. Pero, sobre todo, se inició un perío- do de guerras exteriores que los historiadores recuerdan con el nombre de cruzadas.

Nuevas técnicas agrícola

Permitieron aumentar la producción obtenida en cada parcela: nuevos tipos de arado y un sistema de rotación de la tierra más eficiente permitieron satisfacer las nuevas necesidades.

El crecimiento interno permitió generar presión hacia el exterior del mundo cristiano: Europa no solo creció internamente sino que también pudo expandirse geográficamente.

La exigencia de nuevos tributos

La consolidación del poder que los señores ejercían sobre sus dominios, ahora en un contexto de paz, les permitió incrementar la presión sobre los campesinos.

Los campesinos secaron pantanos y roturaron nuevas tierras.

Instituciones existentes

Las Universidades:
Las primeras universidades de Europa surgieron en torno a las ciudades donde la prosperidad económica era más significativa:

La Universidad de Salamanca

Una de las más prestigiosas de la España actual, se originó en el primer cuarto del siglo XIII.

Universidades Oxford y Cambridge

Ambas en Inglaterra, en los siglos XI y XIII respectivamente.

Las universidades funcionaban del mismo modo que los talleres artesanales de maestros y aprendices. Allí se desarrollaban debates en torno al derecho, la retórica o la teología.

La influencia de la Iglesia en los estudios universitarios era muy fuerte con lo que no había posibilidades de desarrollar pensamientos o investigaciones fuera del dogma cristiano.

El origen y la existencia de universidades es signo de una época de relativa prosperidad. Evidentemente la producción de alimentos se había incrementado y la situación económica permitía que un número creciente de personas pudiera dedicarse a actividades intelectuales sin tener que producir su propio alimento.

La universidad de Paris

A mediados del siglo XIII.

La universidad de Bolonia

En el norte de Italia, la universidad de Bolonia se fundó en torno al año 1089 y adquirió el estatus de universidad en 1317.

La Iglesia Cristiana:
Con la desaparición del Estado imperial romano y la fragmentación del territorio en reinos inestables en permanente disputa, la Iglesia era la única institución que gozaba de cierto reconocimiento por parte de la población.

Nuevo sistema de dominación

De este modo la Iglesia, como lo había hecho en la etapa cristiana del Imperio romano, colaboraba en el establecimiento y consolidación de un nuevo sistema de dominación.

La legitimidad del nuevo orden social tuvo su fundamento en algunas ideas de los llamados “padres de la Iglesia” (como San Agustín).

El mismo se presentaba como “el que Dios quiere” y estaba dividido en tres órdenes o sectores sociales:

Los Oratores

Encargados de la salud espiritual de la sociedad a través de la oración.

Los Laboratores

Encargados de alimentar y proveer a la sociedad lo necesario para la subsistencia.

Este modo de presentar a la sociedad y a los grupos que la componían funcio naba como un poderoso medio para conservar, tal cual estaban, las relaciones entre los sectores sociales, el lugar que les era asignado y la lógica misma de la vida.

A quienes desafiaban la voluntad de Dios les era reservado un terrible lugar donde sufrirían por el resto de la eternidad: el infierno.

La Iglesia fue recompensada con tierras por ser la garante de este peculiar orden social en que muchos campesinos trabajaban para pagar la renta a unos pocos nobles

Los Bellatores

Especialistas de la guerra encargados de defender la sociedad.

Los Obispos Cristianos:

Muchas veces terminaron favoreciendo la entronización de un rey frente a otros posibles aspirantes.

Lograron que la violencia entre los jefes guerreros respetara su autoridad eclesiástica.

Tuvieron intervención en situaciones de conflicto.

La organización de las aldeas campesinas

La Autoridad Señorial:
Siglos XII y XIII, los señores empezaron a exigir el pago de la renta con dinero.
Renta de Especie: Posteriormente se estableció pagar con parte del excedente productivo. Se trataba de la renta en especie.
Renta de Trabajo: En los orígenes del feudalismo los campesinos cumplían esta obligación trabajando directamente en las tierras del señor algunos días a la semana, también, eran convocados para reforzar los muros de los castillos, realizar ampliaciones o reparaciones del mismo.
Dentro de cada aldea, las familias campesinas constituían unidades productivas, y cada una debía pagar la renta a su señor.
El señorío: estaba constituido por el conjunto de tierras en las que el señor ejercía el poder e impartía justicia.
Las Aldeas:

El ager era la sección principal de la producción campesina.

Mansos: Las viviendas y huertos estaban, por lo general, diferenciados con cercas del resto de las tierras cultivables del ager. Las parcelas de los miembros de toda la comunidad se entre- mezclaban ya que estaban dispuestas bajo un régimen de campos abiertos, llamados mansos.

Ager: Todas las comunidades campesinas tenían tres secciones diferentes: las viviendas de los campesinos, donde poseían huertos para el uso de cada familia, las tierras cultivables principales (ager) y los bienes comunales, es decir, aquellos que pertenecían a toda la comunidad.

Los hombres tenían a cargo la siembra y la cosecha, la construcción de casas y la caza de animales.

Las aldeas campesinas estaban constituidas por pocas familias: las mujeres se encargaban de trabajar los textiles, esquilar a las ovejas, cardar la lana, coser, etc.

Las técnicas productivas eran rudimentarias y los conocimientos de agricultura eran todavía elementales, con lo que las poblaciones dependían de las condiciones climáticas y geográficas naturales.

Tenías ciertas limitaciones para desarrollarse. Debían encontrar se cerca de una fuente de agua dulce para garantizar el riego de las tierras y el consumo propio y de los animales.

Castillo Señorial:

Era el lugar desde donde se controlaba el territorio y la población bajo el poder del señor. En un mismo dominio podía haber una o más aldeas, dependiendo de la extensión, donde habitaban los campesinos.

El Vínculo Vasallático

La disolución del sacro Imperio romano germánico y la falta de una figura legítima como la de Carlomagno, dio lugar a un período de guerras y saqueos entre reinos y señores de la guerra.
Los reyes, que no lograban consolidar su autoridad sobre el conjunto del territorio, establecieron pactos con duques y condes para garantizar la defensa del reino.

Juramento Feudo-Vasallático: El rey otorgaba al señor el dominio de un territorio y su población, le cedía el derecho de mandar y castigar mientras que los señores debían jurar fidelidad al rey y acompañarlo en caso de ser atacado.

Debían defender las fronteras frente a ataques exteriores pero, también, controlar a la población campesina. A partir de este pacto los señores se transformaban en vasallos del rey, es decir, pasaban a ser nobles con un título que lo certificaba.

De este modo los nobles se trasformaban en señores de la tierra, adquiriendo autoridad y poder sobre esos dominios.

Sin embargo, la enorme extensión de estos dominios y la necesidad de defenderlos de ataques llevó a estos nobles a establecer alianzas con otros señores o guerreros menores con quienes también los unía un pacto de fidelidad.

Las relaciones vasalláticas impulsaron una complicada red de vínculos y lealtades en la que la figura del rey era cada vez menos importante, aunque conservara su valor simbólico: era la cúspide de la pirámide de lealtades establecidas.

Los pactos: aunque formalmente eran inquebrantables, podían romperse para establecer nuevas alianzas y estas rupturas daban origen a una nueva era de enfrentamientos dentro del grupo dominante.

El Imperio Carolingio

Durante los siglos VIII y IX, la monarquía de los francos, de origen germano, se consolidó sometiendo amplios territorios bajo el reinado de Carlos, heredero de Pipino “el Breve” desde el año 771. Colocó bajo su autoridad buena parte del antiguo territorio del Imperio romano de Occidente, con excepción de España que continuó bajo el poder de los musulmanes durante siglos.
Año 800: Buscando legitimar su autoridad y como parte de una negociación con el papado, Carlomagno fue coronado emperador por el Papa en el año 800.

La Iglesia lo reconocía, no sólo como rey de los francos, sino como Emperador del sacro Imperio romano germánico a cambio de proteger a la autoridad papal y sus posesiones.

Durante largo tiempo los gobernantes de los reinos europeos se presentaban, lo fueran o no, como descendientes de la familia imperial, con el objetivo de aprovechar su prestigio y reforzar su propia autoridad.

Características: Con el objetivo de controlar un territorio extenso, Carlomagno creó una serie de condados y, en las fronteras, marcas administradas por funcionarios leales al emperador: condes, duques y marqueses. El intento imperial no so brevivió a la muerte de Carlomagno en el año 814.

Su hijo Ludovico Pío lo sucedió como emperador, pero a su muerte sus hijos se enfrentaron por el trono y el Imperio se fragmentó en diferentes reinos. Sin embargo, estaban sentadas ya las bases para el desarrollo de un nuevo sistema de dominación para el control del territorio y la población, cuatro siglos después de la caída del Estado imperial romano.

Europa Occidental entre los siglos V y XI

Siglo V : El Estado imperial romano atravesaba su crisis final. A las dificultades para mantener el sistema de dominación hacia el interior se le sumó el ataque de otros pueblos más allá de las fronteras. Roma no pudo responder con la fortaleza de otros tiempos.
Instituciones: Las instituciones y prácticas romanas sobrevivieron en el tiempo. La Iglesia cristiana, incorporada ya a las instituciones del Imperio, es un ejemplo de las que trascendieron tras la caída de Roma, e inclusive, llegaron hasta nuestros días.

Territorio Romano: El territorio del Imperio romano de Occidente quedó fragmentado a partir de la conformación de pequeños reinos gobernados por reyes guerreros, descendientes de los grupos germánicos que habían traspasado las fronteras imperiales.

Este nuevo escenario propició la desaparición progresiva, aun que no sin conflictos, del sistema de dominación que permitía a los antiguos sectores dominantes –terratenientes propietarios de grandes latifundios y esclavos– controlar a la población y apropiarse de la producción de los sectores sometidos.

Desde el siglo V y hasta, por lo menos, el año 1000, el territorio de Europa Occidental fue el escenario de conflictos entre distintos actores que luchaban por ocupar los espacios que el imperio había dejado vacantes. Las instituciones que representaban el poder político y social romano no fueron reemplazadas inmediatamente.

Solo en el siglo VIII Europa Occidental encontró un período de orden cuando Carlomagno, rey de origen francogermánico, controló Europa Occidental conformando un reino unificado: el imperio carolingio.

Contexto Histórico

Entre los siglos V y XV, los señores feudales se apropiaron del trabajo de los campesinos en un mundo eminentemente rural.
La Iglesia cristiana fue la única institución que gozó de cierta legitimidad y estabilidad.

La Edad Media, pese a ser considerada como un período oscuro y sin cambios, fue testigo del renacimiento de las ciudades y de la consolidación de los mercaderes como sector social.