De hablarle al educando a hablarle a él y con él; de oír al educando a ser oído por él
"es importante que vivamos la experiencia equilibrada y armoniosa entre hablarle al educando y hablar con él"
la educación es un acto político: Su no neutralidad exige de la educadora que asuma su identidad política y viva coherentemente su opción progresista, democrática o autoritaria.
Por otro lado, el espontaneásemos niega la formación del demócrata, del hombre y de la mujer liberándose en y por la lucha en favor del ideal democrático
El espontaneaste es anfibio: vive en el agua y en la tierra, no tiene entereza, no se define congruentemente por la libertad ni por la autoridad.
Un problema en el que se inserta la cuestión de la libertad y de la autoridad en sus relaciones contradictorias.
El mismo hecho de ser una sociedad marcadamente autoritaria, con fuerte tradición mandona, con inequívoca inexperiencia democrática enraizada en nuestra historia puede explicar nuestra ambigüedad frente a la libertad y la autoridad.
Es importante notar que esa ideología autoritaria, mandona, de la que nuestra cultura está impregnada, corta las clases sociales.
El autoritarismo del ministro, del presidente, del general, del director de la escuela, del profesor universitario es el mismo autoritarismo del peón, del cabo o del sargento, del portero del edificio.
Otras veces somos realmente autoritarios pero nos pensamos y nos proclamamos progresistas
Ahora puedo afirmar que si la maestra es coherentemente autoritaria, siempre es ella el sujeto del habla y los alumnos son continuamente la incidencia de su discurso
Habla desde la altura hacia abajo, convencida de su certeza y de su verdad. Y hasta cuando habla con el educando es como si le estuviese haciendo un favor a él
Su preocupación es la de evaluar al alumno, la de comprobar si él la acompaña o no.
Si la educadora es espontaneaste, en la posición de "dejemos todo como está para ver cómo queda" abandona a los educandos a sí mismos y acaba por no hablar a ni con los educandos
Ella sabe que no sólo el diálogo sobre los contenidos a enseñar sino el diálogo sobre la vida misma, si es verdadero, no sólo es válido desde el punto de vista de enseñar, sino que también es creador de un ambiente abierto y libre dentro del seno de su clase.
es una forma sin pretensiones pero altamente positiva que la maestra democrática tiene de dar, dentro de su escuela, su contribución a la formación de ciudadanos y ciudadanas responsables y críticos.
La escuela democrática, progresistamente posmoderna y no posmodernamente tradicional y reaccionaria, tiene un gran papel que cumplir en el Brasil actual
vive la democracia plenamente, ni la ayuda a crecer
si es impedido en su derecho de hablar
tener voz
Desde el punto de vista de la estafa material a la economía de la nación como del daño ético que todos esos descalabros nos causan a todos nosotros.
Es preciso mostrar los números a los niños y adolescentes y decirles con claridad y con firmeza que el hecho de que los responsables se comporten de ese modo, sin ningún pudor
El ejercicio de ese gusto democrático en una escuela realmente abierta o abriéndose debería cercar al gusto
autoritario
racista
machista